Semana gris, pero no fatal, para Donald Trump | El Nuevo Siglo
Foto archivo AFP
Domingo, 26 de Agosto de 2018
Pablo Uribe Ruan
Michael Cohen, su abogado, dijo que coordinó pagos ilícitos para silenciar a dos mujeres. También Manafort, su jefe de campaña, fue condenado. Aunque lejana, casi inalcanzable, parece la posibilidad de un juicio político

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Muchos coincidían de que luego de un año y siete meses Donald Trump estaba ganando. Porque su verdad  -como diría Rudolph Giuliani- era igual o más convincente que la del fiscal Robert Mueller, quien investiga la supuesta colusión de su campaña presidencial con Rusia. Hasta el martes.

Un testimonio juramentado ante un juez federal ha puesto a Trump en aprietos. Michael Cohen, su abogado y, para algunos, mano derecha, decidió hablar en su contra. Lo acusa de determinar la conspiración para callar con elevadas sumas de dinero a dos mujeres que tuvieron relaciones con el Presidente.

Los fiscales encargados del caso han dicho que Cohen “coordinó con uno o más miembros de la campaña” aquellos pagos ilícitos. La ilicitud de estos radica en que miembros de la campaña Trump buscaron comprar el silencio de dos mujeres para que no afectara la reputación del entonces candidato. En el fondo, parece una cuestión de legitimidad de su candidatura.

Las declaraciones de Cohen sugieren que el hoy Presidente fue el determinador de su conducta. “En coordinación con, y bajo la dirección de” mi antiguo jefe, ha dicho. El director financiero de la Organización Trump, Allen Weisselberg, también contó el viernes a The Wall Street Journal que le reembolsó a Cohen 420.000 dólares por los pagos que este le hizo a una estrella de cine para adultos y a una modelo.

¿Pagos ilegales?

La conducta ilícita por la que Trump eventualmente sería investigado es el ocultamiento de una historia perjudicial. Stormy Daniels y Karen McDougal recibieron cuantiosas sumas para que no hablaran de sus supuestas relaciones con el hoy Jefe de Estado norteamericano.

Por hechos similares, en 2008, el demócrata John Edwards fue sorprendido y su aspiración se vino al piso. Trump parece que tenía clara esta referencia y optó por determinar unos pagos obstruyendo una verdad que lo perjudicaría como candidato.

Este señalamiento da lugar a la posible comisión de otros delitos. Trump, dice Cohen, lo dirigió para “cometer crímenes”. La referencia a varios delitos indica que no solo hubo un concierto para delinquir en el caso de Daniels y McDougal, sino que a su vez se cometieron otras conductas punibles. ¿Cuáles?

En declaraciones a MSNBC, Lanny Davis, abogado de Cohen, explicó que su defendido estaría dispuesto a proporcionar información sobre una posible “conspiración para coludirse”. Se refiere a la posible colusión de la campaña del candidato en 2016 con Rusia, que ha sido objeto de una comisión de investigación especial y la asignación de un fiscal especial, Mueller.

Los fiscales encargados del caso aún no han dicho si tienen suficiente material probatorio para acusar al Presidente por las acusaciones hechas por Cohen. Es claro que la trama sigue siendo eso: una novela de testimonios, falsos y verdaderos. La evidencia que toma más fuerza sigue siendo la teoría de la obstrucción de justicia. Esta conducta ilícita tiene dos caras: por un lado, la de los pagos a las dos mujeres y, por el otro, la colusión con Rusia.

Existen varias pruebas que eventualmente muestran la conexión de la campaña de 2016 con Moscú. Recientemente se conocieron los correos de Donald Trump Jr. que revelan un supuesto plan para coludirse, al mismo tiempo que se han conocido las reuniones en la torre Trump entre Jared Kushner (yerno del Presidente) y delegados rusos.

Estas pruebas toman fuerza tras la condena del jefe de campaña de Trump, Paul Manafort, quien el mismo martes fue condenado por 18 delitos. Ninguno de estos, como reveló The Washington Post, están “directamente relacionados con Rusia”, pero se sabe que uno de los cargos fue fraude bancario en Ucrania, donde presuntamente Manafort manejó una serie de cuentas para el pago de la supuesta colusión. El fiscal Mueller busca que este hable, como lo hizo Cohen, en contra de Trump.

Numerosos abogados y académicos han criticado la palabra colusión para referirse a la trama rusa. El profesor de Yale, Asha Rangappa, en el POLÍTICO, ha dicho que más bien este caso se trata de una “conspiración”, pues es un acuerdo entre la campaña 2016 y Moscú para cometer crímenes.

La actualidad

No es el momento para, como algunos lo han dicho, decretar la culpabilidad de Trump. Él insiste en que el dinero que entró a su campaña podría haber sobrepasado los límites, pero no fue desviado para efectos de comprar el silencio de nadie. También alega que, como ocurrió en el caso de la campaña de Obama, el único presunto delito que hubiera cometido es de tipo electoral, no penal.

Mientras Mueller no acuse formalmente a Trump la trama rusa y los demás presuntos delitos que configuran la supuesta obstrucción a la justicia seguirán en el plano narrativo. Esto ha llevado a que solo el 47% de los estadounidenses avalen su investigación y el 66% prefiera que finalice antes de las elecciones de noviembre, según Real Clear Politics.

Estas cifras seguramente han variado tras el terrible martes de Trump, pero también demuestran que ese 40% que solo cree en su verdad, sigue a su lado. La investigación de Mueller sigue en marcha, acusada de ser dirigida por los demócratas, que lideran las encuestas para las elecciones de noviembre, cuyo propósito es elegir la tercera parte del Senado y toda la Cámara de Representantes.

Los republicanos están seguros de que los últimos movimientos en la trama rusa tienen un objetivo electoral, al tanto que los demócratas creen que es el primer eslabón de una historia que puede terminar en un juicio político contra Trump.

Para que este se configure, el Congreso debe estar plenamente convencido de que hay un alto delito o falta que justifique el juicio político. Así los demócratas ganen ambas cámaras, cerca de 17 senadores republicanos tendrían que votar para lograr los 67 votos que se necesitan para activar este proceso.

El hecho de destituirlo al final es político. Alexander Hamilton en el Federalista explicó por qué el Senado y no los tribunales tienen ese derecho. “Porque los inquisidores de la nación son los representantes mismos”. Trump aún tiene mayorías en el Senado.