A LA cárcel fue enviado por el Tribunal Federal de Justicia de la ciudad alemana de Karlsruhe un sirio de 26 años, quien tras su detención en un albergue para solicitantes de asilo admitió haber atacado a cuchillo a varios participantes de un festival callejero en Solingen, que dejó tres muertos y cinco heridos.
El individuo llegó al tribunal en helicóptero y entre fuertes medidas de seguridad para responder por los cargos de asesinato, intento de asesinato y pertenencia a Estado Islámico, la organización yihadista que reivindicó el ataque.
El grupo yihadista EI reivindicó la autoría del ataque, afirmando que su objetivo era "vengar a los musulmanes de Palestina y de todas partes", según un comunicado difundido por su organismo de propaganda Amaq.
Con esta decisión, el caso entra ya en una fase de investigación por delito de terrorismo.
El detenido residía desde finales de 2022 en Alemania, donde solicitó asilo, y no era conocido previamente por las autoridades de seguridad como extremista islamista. Lo que sí pesaba sobre él, según fuentes de la agencia DPA, era una orden de deportación, con destino a Bulgaria, que debería haber sido ejecutada el año pasado.
Según la agencia, el sospechoso había entrado precisamente en la Unión Europea a través de ese país, pero la orden quedó aplazada porque el individuo fue declarado como temporalmente ilocalizable en junio de 2023 (en ese momento estaba en un albergue de Paderborn). Reapareció pocas semanas después, sin que las autoridades declararan una orden de arresto contra él por su falta de antecedentes.
Dado que el plazo de traslado expiró en agosto de ese año, Alemania acabó haciéndose cargo de su caso. A finales de ese año, la República Federal concedió la protección subsidiaria siria, que suelen recibir los refugiados del país, devastado por la guerra civil. Fue trasladado a Solingen, donde, según la información del 'Der Spiegel', vivía desde septiembre de 2023
El vicejefe del gobierno alemán recordó ayerque "el terrorismo islamista es uno de los mayores peligros para la seguridad de nuestro país. Aquellos que cometen tales actos deben ser duramente castigados”.
Los fallecidos en el ataque son dos hombres de 56 y 67 años y una mujer de 56. Además. ocho personas resultaron heridas, cuatro de ellas de gravedad.
"Fueron ataques dirigidos al cuello" de las víctimas, según la policía.
La ministra del Interior, Nancy Faeser, visitó el sábado Solingen y pidió a los alemanes "permanecer unidos", denunciando a "quienes quieren sembrar odio".
Sin embargo, el debate político no tardó en avivarse, a una semana de elecciones regionales clave en el este del país, donde el partido de extrema derecha AfD aventaja ampliamente a los partidos gubernamentales en las encuestas.
Robert Habeck propuso endurecer las leyes sobre el porte de armas, declarando en rueda de prensa que "nadie en Alemania necesita armas blancas en público. Esto no es la Edad Media".
Una medida demasiado tímida, según Friedrich Merz, líder de los conservadores de la CDU. "El problema no son los cuchillos, sino la gente que los lleva", afirmó, pidiendo al gobierno que "deje de acoger refugiados" de "Siria y Afganistán".
La formación AfD atribuyó el ataque a supuestas deficiencias en la política de seguridad regional y federal.
"El culpable debe ser (...) castigado con todo el peso de la ley", declaró por su parte Scholz.
La policía también indicó que detuvo el sábado a un adolescente de 15 años sospechoso por "no haber denunciado" el ataque, ya otra persona en un centro de alojamiento para solicitantes de asilo cerca del lugar del ataque al que considera un "testigo".