El presidente saliente de Estados Unidos, Donald Trump, ha reconocido este domingo la dificultad que comporta la apertura de un proceso de apelación ante el Tribunal Supremo de todas sus denuncias por fraude electoral o irregularidades en el proceso electoral que culminó el 3 noviembre que ya han sido rechazadas en instancias menores.
"El caso es que es difícil. Tengo los mejores abogados para ello, pero me dicen que es muy difícil hacer algo", ha explicado Trump en entrevista telefónica con Fox News, en la que se ha mostrado consternado ante este nuevo obstáculo en su plan para revocar los resultados electorales que han concedido la victoria al presidente electo, Joe Biden.
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En este sentido, Trump ha explicado que su intención era concentrar todas sus cuestiones en "una hermosa y enorme demanda gracias a las tremendas pruebas (de fraude) que tengo". Sin embargo, sus asesores no se han mostrado convencidos de que esa iniciativa pueda prosperar.
"Me dicen (los abogados) que no tengo caso. Como presidente de Estados Unidos me dicen que no tengo caso. ¿Qué clase de sistema judicial es éste?", ha lamentado Trump. "El Tribunal Supremo debería atender nuestro caso. Alguien debería ser capaz de presentar el caso ante el Supremo. Si no, ¿para qué vale?", ha añadido.
Por lo demás, Trump ha insistido una vez más en que ha sido víctima de "un fraude total" en el que habrían llegado a participar incluso agencias de seguridad como el FBI o el propio Departamento de Justicia -- "a lo mejor están involucrados", ha aseverado --, que su derrota fue "estadísticamente imposible" y que dedicará el "125% por ciento de su energía" a seguir insistiendo con sus denuncias.
Nueva desestimación en Pensilvania
Trump ha comparecido horas después de que el Tribunal Supremo de Pensilvania desestimara este sábado una demanda contra el voto por correo interpuesta por el congresista republicano en Pensilvania Mike Kelly en lo que supone otra derrota más del entorno del presidente estadounidense en los juzgados.
En este caso particular, la demanda se ha centrado en que el estado de Pensilvania no había aprobado correctamente la ley que permitía el acceso universal al voto por correo, es decir, que las papeletas para votar por correo se envían a los domicilios del votante sin que este tenga que realizar un trámite previo.
Por ello, Kelly solicitaba que se cancelaran todos los votos por correo, mayoritariamente demócratas, o que se permitiera al estado, en cuyas cámaras los republicanos tienen mayoría, seleccionar a los electores que deben ir al colegio electoral.
El Tribunal ha desestimado sin dejar posibilidad de apelación el caso, según ha informado la cadena de televisión ABC. Entre los motivos para hacerlo se encuentra que la ley que permite el voto por correo universal se aprobó con una amplia mayoría en octubre de 2019, por lo que, si Kelly pensaba que era ilegal, debía haber presentado antes la demanda.
En su auto, el juez David N. Wecht ha sido duro con los demandantes a los que ha acusado de no ser capaces de demostrar "que un simple voto por correo haya sido contado fraudulentamente".
Pese a que su campaña supera la treintena de derrotas en los tribunales, Trump sigue asegurando en Twitter y sin pruebas que las elecciones del 3 de noviembre fueron un fraude y que él es el verdadero ganador.