Trump gana terreno en el debate final contra Biden en Tennessee | El Nuevo Siglo
PRESIDENTE TRUMP dijo que Biden habla mucho pero ha hecho poco en sus 47 años de carrera política, 8 como vicepresidente.
Fotp AFP
Viernes, 23 de Octubre de 2020
Redacción internacional

El presidente Donald Trump y su adversario demócrata Joe Biden se sacaron chispas anoche durante el último debate televisado, que se originó en la Universidad de Belmont, en Nashville (Tennessee), a doce días de las elecciones presidenciales en Estados Unidos.

El debate final, moderado por la periodista Kristen Welker, de NBC News, tuvo una duración de 90 minutos y se dividió en seis segmentos de 15 minutos cada uno, en los que se trataron los temas de la lucha contra el Covid-19, la seguridad nacional, la economía, las minorías étnicas, el cambio climático y el liderazgo.



Frente a estos temas, previamente la campaña del presidente criticó que se suponía que era un debate centrado en política exterior y no tanto en asuntos internos.

Sin embargo, en el transcurso del cara a cara de anoche los candidatos hablaron ampliamente respecto a la posible influencia de Rusia e Irán en las elecciones a favor de Biden y los vínculos de la familia del aspirante demócrata con empresas chinas y ucranianas, de las que habrían recibido millones de dólares.

Igualmente se acusaron mutuamente de ambivalencias con el tema del pulso comercial y geopolítico con China.

Considerando que el primer debate, celebrado a finales de septiembre en Cleveland (Ohio), fue muy desordenado y accidentado, en esta última edición hubo más orden y se apreció una emulación de tesis más clara. Para garantizar ello, al candidato que no tuviera el uso de la palabra se le cortó el micrófono.

De igual manera, se extremaron las medidas de bioseguridad razón por la cual los aspirantes estuvieron muy separados y ni siquiera se saludaron de mano.

Estás, también fueron criticadas por el mandatario quien sostuvo previamente que "silenciar (los micrófonos) era muy injusto y muy malo" e incluso calificó de "demócrata radical" a la moderadora del debate, quien sin embargo logró un manejo equilibrado y equitativo del cara a cara.

Este último debate fue clave para ambas campañas y el electorado, sobre todo la franja de indecisos, más aún después de que el segundo encuentro programado en el importante estado de Florida fuera cancelado tras el diagnóstico positivo del mandatario por covid-19 y de que Trump se negara a un encuentro virtual.


Considerando que el primer debate, celebrado a finales de septiembre en Cleveland (Ohio), fue muy desordenado y accidentado, en esta última edición hubo más orden y se apreció una emulación de tesis más clara.


Arsenales

El presidente-candidato se mostró en la noche de este jueves a la ofensiva en muchos temas clave y tuvo que sortear duras críticas de su rival por distintos temas.

Según los analistas, Trump sabe que le ha recortado terreno en las encuestas de voto nacional a Biden en la última semana. Más importante aún es que amplió su favoritismo en el estado de Texas y se encuentra en empate técnico con Biden en los estados de Ohio, Georgia, Arizona, Iowa y Florida.

El candidato demócrata, a su turno, sabía que debía mostrarse más sólido y seguro anoche ante la andanada de críticas de Trump. Si bien logró mantenerse sereno y replicó bien en varios pasajes, en varios lapsos quedó a la defensiva o fue dubitativo.

Uno de ellos fue cuando el presidente Trump le pidió que explicara las relaciones de su familia con China y que aclarara si había recibido dinero de ese régimen. Biden respondió que “ese asunto no era importante” y se refirió a las familias estadounidenses que en tiempos de pandemia enfrentan dificultades económicas.

Ante esa respuesta el mandatario acusó a Biden de populista y de actuar como un “político” al hablar de un tema, cuando se le pregunta de otro, del que -insistió- no ofreció una respuesta satisfactoria.

Biden, a su turno, le enrostró a Trump el tema de su pago de impuestos y la negativa a presentar sus declaraciones de renta, pero el Presidente-candidato ripostó que no había anomalía y que incluso pagó anticipadamente tributos.

Economía y cambio climático

El ex vicepresidente prometió que de ser elegido aumentará el salario mínimo y exigirá una reconvención industrial que garantice una rebaja sustancial en las emisiones de CO2. Asimismo prometió una política destinada a eliminar a mediano plazo la dependencia del uso del petróleo y los combustibles fósiles. Incluso reiteró sus críticas al fracking.



De inmediato el presidente Trump le salió al paso y le dijo a Biden que una subida general de salarios, sumado al aumento de impuestos que ya ha anunciado y la exigencia de una reconvención energética costosa destruirá la industria, apagará decenas de miles de empleos y agudizará la crisis económica producida por la pandemia.

El titular de la Casa Blanca fue claro en señalar a su rival de estar en contra del fracking, base de la política petrolera de EU.

Ante las tesis ambientalistas de Biden, el mandatario aseguró que en su segundo mandato recuperará el empleo a los niveles anteriores a la crisis sanitaria y que los aumentos salariales deben realizarse de manera diferenciada por Estados y sectores.

Afirmó que si bien debe garantizarse un medio ambiente sano, éste no debe conseguirse a costa del desarrollo industrial y los empleos. Aseguró que debe obligarse a países como China, India y Rusia a reducir sus emisiones.

Tras la afirmación del candidato demócrata en el sentido de que no apoya la exploración petrolera de fraccionamiento hidraúlico, Trump llamó a los Estados productores a tomar nota. Igualmente dijo que estas medidas irán en detrimento del ingreso de las familias estadounidenses que han tenido un incremento récord en los últimos años.

El manejo de la pandemia fue, de nuevo, tema de duro debate. Biden acusó a la Casa de Blanca de las más de 200 mil muertes por el virus e insistió en que el presidente ha tenido una política errática frente a la emergencia sanitaria.

Trump dijo que, por el contrario, se han salvado varios millones de vidas. Recordó que no apoya confinamientos estrictos y masivos para luchar contra el coronavirus y aclaró que en la actualidad se cuenta con el conocimiento y la capacidad para poder lidiar con la enfermedad sin tener que destruir la economía que afectaría a muchas más personas.

Después de que Biden se mostrara, una vez más, a favor de los cierres, el presidente le recordó que no todos los estadounidenses tienen millones de dólares “para quedarse en sus sótanos, como lo ha hecho él (el candidato demócrata), hasta que termine la pandemia”.


Biden acusó a la Casa de Blanca de las más de 200 mil muertes por el virus e insistió en que el presidente ha tenido una política errática frente a la emergencia sanitaria. Trump dijo que, por el contrario, se han salvado varios millones de vidas.


El mandatario aseguró que antes de que termine el año se contará con una vacuna y dijo que el Ejército está listo para suministrar 100 millones de dosis en poco tiempo.

Minorías étnicas y salud

Biden reconoció que fue un error de su parte haber apoyado una ley judicial en 1994 que perjudicó considerable a la población negra y prometió que, de ser elegido presidente, hará todo lo que esté en su mano para remediar ese error.

Ante esta afirmación el mandatario lo interpeló diciendo que por qué los votantes deberían creerle si en sus 8 años como vicepresidente no intentó solucionar el problema. Dijo que Biden “habla mucho pero hace poco” y agregó que es sus 47 años de vida política nunca hizo nada de lo que propone hacer ahora en un periodo presidencial.

Finalmente Biden propuso la creación del 'Bidencare', que ampliará los beneficios sanitarios de millones de estadounidenses, plan que, según Trump, es inviable económicamente y debe ser reemplazado por un sistema que garantice la atención con precios competitivos, pero no acabe con los aseguradores privados.

El mandatario aseguró que su rival demócrata, siguiendo la línea de su copartidario Bernie Sanders, intenta estatizar el servicio y atentar contra la iniciativa privada.

Como se ve, este último debate fue bastante movido. Al cierre de esta edición, no habían salido las primeras encuestas sobre a quién le fue mejor.

Lo cierto es que ya más de 45 millones de ciudadanos votaron, según la organización independiente US Elections Project. Esa cifra equivale al 30% de los que sufragaron 2016.

El propio Trump votará de manera anticipada este sábado en Florida, su lugar de residencia oficial cuando no está en la Casa Blanca. Biden, a su turno, no ha revelado cómo y cuándo lo hará.



Por lo pronto, tras este último debate ya solo quedaría esperar el día de las urnas y que estas señalen si habrá o no cambio de titular en la Casa Blanca.