Trump y Biden encabezaron tributo bipartidista al expresidente Carter | El Nuevo Siglo
LOS restos del expresidente estadounidense Jimmy Carter son llevados por una guardia de honor a su salida de la Catedral Nacional de Washington, después de un funeral de Estado./Foto AFP
Jueves, 9 de Enero de 2025
Redacción internacional con AFP

UN breve momento de unidad nacional dio el expresidente Jimmy Carter a un Estados Unidos dividido durante su funeral de Estado celebrado en la catedral de Washington, cuando faltan 11 días para la investidura de Donald Trump.

El presidente saliente, el demócrata Joe Biden, pronunció la elegía fúnebre por su amigo, como se lo pidió al propio Carter cuando lo vio por última vez hace cuatro años.

"Tenemos la obligación de no dejar espacio para el odio y de plantar cara a lo que mi padre consideraba el mayor de los pecados, el abuso de poder", dijo el octogenario a pocos días de que su rival republicano regrese a la Casa Blanca para un segundo mandato.

Los presidentes entrantes y salientes aparcaron su rivalidad para despedir juntos a Carter, fallecido el 29 de diciembre a los 100 años en su Georgia natal.

Carter fue un cristiano "bautista blanco del sur que lideró los derechos civiles, un veterano condecorado de la Marina que negoció la paz, un brillante ingeniero nuclear que lideró la no proliferación nuclear, un granjero trabajador que defendió la conservación y la energía limpia, el presidente que redefinió la relación con el vicepresidente", afirmó Biden.

Alabó su "fuerza de carácter". "Hizo justicia, amó la misericordia y caminó humildemente", comentó ante unas 3.000 personas, entre las que se encontraron los expresidentes Barack Obama, George W. Bush, Bill Clinton y Donald Trump.

En la misma catedral neogótica ya se despidió a otros expresidentes estadounidenses: Dwight Eisenhower, Ronald Reagan y George HW Bush.

El funeral se celebra días antes de otro momento de profundo cambio para Estados Unidos, con el regreso de Trump al despacho oval. Obama estrechó la mano y charló con el millonario republicano en este día de luto nacional.

También hubo un breve momento de distensión entre Trump y su exvicepresidente Mike Pence, que se dieron un apretón de manos. Es la primera vez que se les ve saludarse así públicamente desde los disturbios en el Capitolio de 2021, cuando Pence se negó a respaldar las falsas afirmaciones de Trump de que había ganado las elecciones de 2020.

Desde el sábado las banderas ondean a media asta en todo el país y se suceden los homenajes al demócrata, que serán enterrados este jueves por la tarde en Georgia, donde descansarán los restos de su esposa Rosalynn, con quien estuvo casado durante 77 años.

Varios nietos del difunto le rindieron tributo en el púlpito, cerca del ataúd, cubierto con una bandera estadounidense.

"Fiel a sus principios"

"Fue profético. Tenía el valor y la fuerza para mantenerse fiel a sus principios, incluso cuando eran políticamente impopulares", dijo de él Jason Carter.

También tomó la palabra el hijo del expresidente Gerald Ford, a quien Carter había pedido inicialmente que pronunciara el panegírico.

Steven Ford leyó el texto preparado por su padre.

"Para Jimmy Carter, la honestidad no era una meta aspiracional, era parte de su propia alma", pensaba de él el republicano, un rival político convertido en amigo del demócrata.

Los ciudadanos pudieron despedirse de él en una capilla ardiente instalada en el Capitolio, desde donde el féretro fue transportado a la catedral por una guardia de honor de miembros de las fuerzas armadas en uniforme de gala.

Carter, que cumplió un solo mandato antes de su derrota ante Ronald Reagan en 1980, era considerado ingenuo y débil en los círculos políticos de Washington, e incluso en su propio partido.

Pero con el paso de los años la imagen que se tenía de este ferviente cristiano evangélico fue cambiando gracias a sus logros, como la negociación de un acuerdo de paz entre Israel y Egipto. En 2002 se le reconoció con el Nobel de la Paz.

Su política hacia América Latina fue un reflejo de sus esfuerzos por la paz y la defensa de la democracia. El final de su mandato quedó marcado por la toma de la embajada estadounidense en Teherán por islamistas radicales en 1979 y la segunda crisis petrolera.