CON un contundente rechazo a su régimen, dentro y fuera de Venezuela, como lo evidenciaron las multitudinarias concentraciones de ayer, Nicolás Maduro espera ser investido hoy para un tercer mandato consecutivo, mientras que el proclamado por la oposición como presidente electo, Edmundo González Urrutia, enfrenta el reto de cumplir su promesa de retornar a Caracas para tomar posesión.
Así, Venezuela vivirá este viernes el arranque de un nuevo mandato presidencial, con el riesgo de entrar una vez más en una fase de bicefalia en la que dos figuras se disputen la legitimidad del cargo. El régimen se atrinchera en el poder sin poder desvirtuar el fraude electoral del 28 de julio y González aunó un fuerte consenso internacional para materializar la transición hacia la democracia en este país.
Maduro recogió el testigo político del chavismo tras la muerte del impulsor de este movimiento, Hugo Chávez, en 2013. Heredó el cargo y también una legitimidad que aguantó en las elecciones de ese mismo año, con una victoria pírrica ante el opositor Henrique Capriles, y que perdió a ojos de gran parte de la comunidad internacional en 2018.
Ya entonces Venezuela estaba inmersa en una escalada represiva. En enero del año siguiente, coincidiendo con el arranque de un nuevo mandato, el opositor Juan Guaidó se proclamó 'presidente encargado' haciendo valer la jefatura de la Asamblea Nacional y el aval de medio centenar de países.
Han pasado seis años desde entonces y la historia se repite, con la salvedad de que ahora la oposición está unida y el triunfo que demostraron con las actas electorales el pasado 28 de julio es fruto de un trabajo de más de dos años liderado por María Corina Machado, a quien el régimen vetó injustamente para ser candidata, por lo que acudió a un plan B y un plan C, que finalmente fue el exdiplomático Edmundo González Urrutia.
El hoy reconocido presidente electo de Venezuela por los presidentes saliente y entrante de Estados Unidos, Argentina y Uruguay, culminó ayer en República Dominicana una rápida gira que hizo por algunos países de la región y EE.UU. Desde allí sostuvo ayer que “con mucha valentía, frente a amenazas, detenciones, desapariciones forzadas, los venezolanos están demostrando espíritu de libertad…Nos ha tocado aprender duras lecciones como pueblo, pero hemos sido capaces de poner al régimen contra las cuerdas" y agregó que “un régimen como éste representa una amenaza para todo el hemisferio”.
Finalizó señalando “nos vemos muy pronto en Caracas, en libertad”. Y se desconoce si logrará su cometido hoy, tal cual lo había prometido.
Entre tanto, el régimen tiene todo listo para la posesión de Maduro, a la que asistirán delegaciones diplomáticas de bajo perfil y posiblemente solo dos mandatarios: Miguel Díaz Canel de Cuba y Daniel Ortega de Nicaragua, las otras dos dictaduras de la región.