EL PRÓXIMO martes 5 de noviembre Estados Unidos elige su 47.º presidente en las elecciones “más parejas” de los últimos 20 años. Donald Trump y Kamala Harris empatan en casi todos los escenarios, y ningún candidato puntea con claridad en las encuestas a cuatro días de las elecciones.
Ante este escenario de empate total, Estados Unidos se avoca a unas elecciones presidenciales parecidas a las del 2000. En ese año, el demócrata Al Gore y el republicano George W. Bush se enfrentaron en los comicios “más controversiales” y “reñidos” en tiempos recientes. Gore le sacó un millón de votos de diferencia a Bush, pero Bush ganó en Florida, luego de 36 días de espera en los que el Tribunal Supremo le concedió al candidato republicano la victoria en este estado. “Se desencadenó una guerra política y legal de 36 días sobre cómo resolver lo que era esencialmente un empate”, recuerda el “Instituto Brookings”.
Trump y Harris se juegan la presidencia esta vez no en Florida, sino en la parte este de los Estados Unidos, en Pensilvania. Allí, en la última semana, empresarios como Elon Musk o músicos como Jeniffer López han hecho campaña por uno u otro candidato, entendiendo la importancia de un estado que se ha convertido en un “battle-ground”, como llaman los analistas políticos a los estados que definen elecciones presidenciales.
Un repaso de las últimas elecciones da cuenta que algunas veces Pensilvania ha votado demócrata y otro republicano. En 2020 Joe Biden ganó en este estado por un margen de 80.000 votos frente a Trump, quien cuatro años atrás le había ganado a Hillary Clinton en el mismo estado sacándole una diferencia de 40.000 votos, confirmando su condición de swing state, de estado indeciso, como Iowa y Ohio, pero con una dosis de mayor indecisión.
Sondeos
Luego de una campaña tensa y agresiva, en la que Trump ha cerrado sus mítines políticos con un llamado a “dispararle” a la opositora Liz Cheney −hija del senador republicano Dick Cheney−, los encuestadores han publicado sus últimas lecturas de la campaña.
A lo largo de la campaña, el portal “Five Thiry Eight”, que se ha encargado consistentemente de monitorear todas las encuestas presidenciales publicadas en Estados Unidos, da como ganador a Donald Trump con una probabilidad de 52 sobre 100, mientras que a Kamala Harris la pone con un 48 sobre 100 de chances de ganar la presidencia.
La razón por la que este portal da como ganador a Trump se debe a los últimos tres sondeos publicados entre miércoles, jueves y viernes. Aunque uno de los sondeos más esperados, el del Marist College, ha publicado que Harris ganaría en importantes estados indecisos por como Michigan, Pensilvania y Wisconsin, otra encuesta (Echelon Insights) da como ganador a Trump por 5 en el estado de Keystone y por 1 en Georgia. “Esto ha sido suficiente para empujar nuestro modelo modestamente de nuevo en la dirección de Harris”, dice Five Thirty Eight.
“Una carrera reñida en las encuestas no significa necesariamente que el resultado será reñido. Los siete estados indecisos siguen estando dentro de un margen normal de error de las encuestas para el candidato que actualmente “pierde” en cada uno de ellos”, apunta este portal agregador de encuestas.
La diferencia entre uno y otro candidato es más notoria en el caso del número de jueces electorales que cada uno eventualmente conseguiría. El número mágico son 270 jueces electorales de 538. Quien consiga ese monto al final termina siendo el presidente, así haya logrado más votos populares.
Volviendo al caso de Gore y Bush, en el 2000, Gore le sacó más de un millón de votos de ventaja a su rival, quien, sin embargo, logró conseguir más jueces electorales, y así ganar la presidencia. Este mismo escenario ocurrió en 2016. Hillary Clinton sacó más votos populares que Trump, pero este consiguió más votos electorales.
Como al final lo que importa es cuál de los dos candidatos es capaz de conseguir los 270 votos electorales, el portal de seguimiento de encuestas, Real Clear Politics, ha sacado una media en la que Trump lograría 287 jueces electorales, mientras que Harris se quedaría con 251.
Pensilvania
Un gráfico de la revista The Economist revela la importancia en esta elección de Pensilvania. En la curva de la mitad del modelo, sin color rojo (republicano) o azul (demócrata), aparece un estado coloreado con gris, el único estado en el que la revista no da como eventual ganador a uno u otro candidato.
Con sus 19 votos electorales, Pensilvania, tradicionalmente demócrata, define este martes al próximo presidente de los Estados Unidos. La diversidad de sus habitantes y sus ciudades hace que este estado sea un lugar difícil de captar políticamente. En los últimos años, los demócratas han ido perdiendo terreno por su desconexión con las clases populares que se dedicaban a la industria manufacturera y al carbón, que se han acercado a los republicanos o al trumpismo.
Estos cambios sociodemográficos reflejan un Estados Unidos que ha ido cambiando con relación a lo que solía votar unas décadas atrás. No es por nada que Ronald Reagan solía evitar hacer campaña en Pensilvania a la que consideraba un estado totalmente demócrata dominado por los sindicatos del carbón y la industria manufactureras.
Como se ha dicho, esto ya no es así. Los patrones demográficos en Estados Unidos hoy muestran que los demócratas tienen serios problemas para atraer el voto negro, a pesar de que han tenido un presidente negro, y que los republicanos no logran atraer con suficiencia el voto de las mujeres, cuando antes ellas eran las que votaban más por los republicanos.
Según el modelo predictivo de Five Thiry Eight, Trump tiene 51 chances de 100 de ganar en Pensilvania, mientras que Harris lograría 49 de cada 100. Hay un dato no menor frente a esta tendencia. Desde 1948, ningún demócrata ha llegado a la presidencia sin ganar en Pensilvania.
Si Donald Trump gana en Pensilvania, vuelve a la Casa Blanca.
* Analista y consultor. MPhil en Universidad de Oxford.