Un debilitado Biden le pasó el testigo a la impredecible Harris | El Nuevo Siglo
EL PRESIDENTE Joe Biden fue el orador estrella en el primer día de la Convención Nacional Republicana, que fue una despedida a su anhelo reeleccionista y a su medio siglo de actividad política./AFP
Lunes, 19 de Agosto de 2024
Redacción internacional

CON EL récord de haberlo hecho a tan solo tres meses de la elección, el demócrata Joe Biden entró anoche a la reducida galería de presidentes en la historia de Estados Unidos que no optaron por reelegirse.

Por diversos motivos, que van desde anuncios tempraneros de que solo cumplirían un mandato hasta forzados por desplome en su popularidad, seis presidentes no buscaron ‘cuatro años más’. A ellos se sumó Biden, quien cedió a las crecientes presiones de su bancada y bases semanas después de su debate con Donald Trump donde, como admitió, “cometí un error porque no estaba bien de salud”.

Anoche, el inquilino de la Casa Blanca, a sus 81 años en un largo pero desordenado discurso, y a veces confuso, explicó inicialmente los motivos por los que en 2020 decidió postularse a la presidencia, señalando que no podía quedarse quieto ante los ‘ataques de neonazis y supremacistas blancos”.

Luego hizo un balance de gestión, repitiendo los temas de avances de su gobierno en educación, infraestructura, generación de empleos y ayuda a los veteranos, entre otros, haciendo siempre énfasis “lo logramos con la vicepresidenta Kamala Harris”.

Aseguró que “hemos tenido los 4 mejores años en la historia del país”, que “ahora tenemos una economía fuete” y logramos “bajar el crimen y la delincuencia y lo seguirá haciendo cuando pongamos a una fiscal (refiriéndose a Harris) en vez de a un delincuente convicto".

En su prolongada intervención, en la que no hubo ninguna novedad, atacó constantemente al expresidente Trump asegurando que “miente sobre todo”, que “demoniza a los inmigrantes” y que es un “peligro para la democracia”.

Así de la ovación inicial con gritos de "¡Amamos a Joe!" y "¡Gracias, Joe!" se pasó a aplausos cada vez más espaciados, hasta que al final dijo que “Trump descubrirá el poder de las mujeres en 2024” y se mostró seguro que Kamala Harris será elegida como la presidenta No. 47 de Estados Unidos porque “hay que seguir luchando por el alma de la nación, vamos en la dirección adecuada y los mejores días no están atrás sino delante nuestro”. Finalizó su intervención llamando a Harris a la tarima donde con un abrazo formalizó el paso del testigo de la candidatura presidencial a esta abogada y política progresista de 59 años, quién no estaba en las cuentas de nadie y que sorpresivamente no tuvo contendiente alguno para la nominación.

Los miles de demócratas reunidos en la emblemática casa de los Chicago Bulls y los Chicago Blackhawks, el United Center, ovacionaron a Harris, quién por ahora ha logrado ‘oxigenar’ al Partido y repuntar en la intención de voto según algunas encuestas, aunque ubicándose en empate técnico con su rival para el 5 de noviembre, el expresidente y líder republicano, Donald Trump.

Con un llamado a mantener el progreso y defender la democracia Biden agradeció a los demócratas la oportunidad que le dio de servir al país, en un acto que fue la despedida no sólo de su candidatura sino de su medio siglo de vida política.

La Convención Nacional de los Demócratas que comenzó este lunes y concluirá el jueves, tuvo también como oradores principales a la congresista por Nueva York, Alexandría Ocasio-Cortez, que tuvo un viraje de 180 grados en su discurso y la excandidata presidencial, Hillary Clinton, quien aprovechó esa tribuna para atacar Trump, lo que fue de mal recibo para varios analistas políticos, quienes consideraron una muestra de su resentimiento por haber perdido con el líder conservador la carrera por la Casa Blanca.

En contrario, Ocasio-Cortez, con una energía que logró contagiar al auditorio, instó a los asistentes a trabajar sin descanso para la victoria de la dupla Harris-Waltz porque, aseguró, es el afianzamiento de la libertad y la democracia en Estados Unidos. Vale resaltar el cambio radical de actitud de esta parlamentaria que autodenominada como progresista fue hasta hace pocas semanas una de las más férreas críticas del presidente Biden.

Clinton, que recibió una cálida bienvenida, inició su intervención destacando y agradeciendo el liderazgo de Biden. “Él trajo de regreso la dignidad y la competencia a la Casa Blanca. Demostró ser un patriota y defensor dela democracia dentro y fuera del país”.

A renglón seguido dijo que “algo está sucediendo en el país y ha llegado el momento de escribir un capítulo nuevo en la historia de Estados Unidos: podemos romper el techo de cristal”. Tras destacar el recorrido político de Kamala Harris, a quien dijo conocer desde que ambas iniciaron sus carreras como abogadas, aseguró que “debemos trabajar para enviarla a la Casa Blanca porque ella tiene la visión de un futuro mejor. Ella luchará por las familias trabajadoras y va a establecer el derecho al aborto en todo el país”.

Y, haciendo alusión a los carteles que colmaron el United Center que decían “We fight, we win” (Lucharemos y ganaremos), agregó Clinton: “tenemos 78 días para luchar contra los peligros que representan Trump y sus aliados… No podemos bajar los brazos, no podemos conformarnos con las encuestas… Yo quiero que mis nietos y los hijos de éstos sepan que formé parte de este momento histórico… Aquí determinamos que ha llegado el futuro y que está a nuestro alcance”.

Al inicio del encuentro partidario, Harris quién llegó en compañía de su fórmula presidencial, hizo una breve intervención para destacar y agradecer el histórico liderazgo de Biden.

Antecedentes

El historial político de Estados Unidos registra que siete presidentes, de ellos solo dos demócratas, optaron por diferentes motivos no postularse para un segundo mandato. El primero de ellos fue el demócrata James K. Polk, quien desde que asumió el cargo (1844) anunció que solo estaría un período presidencial.

Tras él, solo una década después, hizo lo propio su copartidario James Buchanan, el mandatario No.15 y al que muchos historiadores lo calificaron como “el peor presidente de los Estados Unidos” ya que por su inacción frente a la división del país se generó la Guerra de Secesión.

Cerrando ese siglo (1887), fue Rutherford B. Hayes, el primer presidente republicano en desistir de un buscar un nuevo mandato y le siguió su copartidario Calvin Coolidge, cuyo gobierno de 1923 a 1928, un gobierno de inestabilidad económico llevó a la Gran Depresión de 1929.

Por una caída en picada de su popularidad, dada en el caso del demócrata Harry Truman, el mandatario No. 33 por incumplir su promesa de frenar el expansionismo soviético en el mundo y especialmente en Europa para lo que creó la Otan y su copartidario Lyndon B. Johnson, más conocido como LBL, por el manejo a la guerra de Vietnam y los disturbios raciales que finalmente llevaron a la aprobación de la Ley de Derechos Civiles en 1964, ambos desistieron de la reelección presidencial.

Ahora, el también líder del partido cuyo símbolo es un burro, el presidente Joe Biden, hizo lo propio forzado inicialmente por las críticas a su avanzada edad y, posteriormente, por una presunta disminución de su capacidad mental, que comenzó a vislumbrase con lapsus y confusiones en declaraciones públicas que de inmediato fueron rectificadas por la Casa Blanca, pero que evidenció plenamente en su único cara a cara con Trump, en CNN, este 28 de junio donde se mostró incoherente, con frases sin terminar y respuestas que no correspondían a las preguntas.

Solo tres semanas después, el líder demócrata cedió a las fuertes presiones de su partido, motivadas paralelamente por las encuestas que lo ubicaban muy distante de Trump. Así, el 25 de julio dijo a su país y al mundo: “hay que dar el relevo a una nueva generación, a voces más jóvenes y frescas", oficializando la tan reclamada decisión de renunciar su reelección.