Venezuela: el camino minado de la transición | El Nuevo Siglo
Foto archivo AFP
Domingo, 3 de Febrero de 2019
Redacción internacional

SERÁ un camino minado. Así lo define Adam Przeworski, uno de los académicos que más saben de transiciones democráticas. “El camino hacia la democracia está minado. Y el destino final depende del camino”.

El camino en Venezuela aún no ha empezado, pero cada semana que pasa con dos gobiernos paralelos demuestra que simplemente es una cuestión de tiempo. Aparentemente, en algún momento un sector militar le dirá a Nicolás Maduro que su mandato llegó a su fin y se sentará a negociar con las facciones más dadas al diálogo en la oposición.

Se trata de los sectores menos radicalizados de ambos bandos. Son, para algunos, los “blandos”, aunque este tipo de calificaciones hayan sido desvirtuadas las últimas décadas en la academia.

Opciones

El diálogo parece un escenario lejano, por ahora. La oposición ha insistido que el chavismo no ha cumplido lo pactado en cuatro oportunidades. Lejos de Caracas, la última vez negociaron en República Dominicana, y el resultado fue un endurecimiento del régimen y de la dirigencia opositora, que terminó descartando cualquier negociación a futuro.

No hay que perder de vista que una eventual negociación involucra amplios sectores del oficialismo. Nicolás Maduro no sería el único interesado en negociar su eventual salida sino que otros miembros estratégicos como Vladimir Padrino López, Ministro de Defensa, también pujarían por dialogar en algún momento.

Esta semana ha sido fundamental para darse cuenta que cada vez hay más señales entre las partes para iniciar una negociación. A través del Almirante Craig S. Faller, jefe del Comando Sur, Washington insistió en que si las Fuerzas Armadas “favorecen a una salida pacífica de Maduro, este puede ir al exilio” sin ningún problema.

Desde Caracas, Padrino López dio un discurso indirecto dando a entender que en las Fuerzas Armadas recibían el ofrecimiento de buena manera. Luego, reforzó su retórica antiimperialista.

No solo él ha dado señales de un posible diálogo. El mismo Maduro, en entrevista con la agencia de noticias RIA Novosti, dijo que estaba dispuesto a sentarse “a conversar con la oposición para que podamos hablar por el bien de la paz y el futuro de Venezuela”.

Las medidas tomadas por Estados Unidos y la presión de Rusia y China para recibir sus pagos, hacen que el líder del chavismo cada vez tenga menos opciones para permanecer en Miraflores. La situación es tan clara que un chavista de la talla de Heinz Dieterich, inventor del concepto “Socialismo del Siglo XXI”, diga, en declaraciones a la W Radio: “Maduro tú estás perdido, puedes terminar como Gadafi (Muerto), como Noriega (preso), o ir al exilio y vivir más o menos bien los últimos 20 años de tu vida”.

Pacto

El chavismo, una fuerza que llegó a movilizar millones de personas y que se mantuvo unida en sus primeros años, hoy está lleno de fisuras. Para muchos seguidores de Hugo Chávez, la esencia de este movimiento populista se ha perdido y es hora de reconstruirlo.

El viernes, en una reunión que citó a más de ocho “chavistas descontento”, entre ellos ex ministros y líderes políticos, se planteó una tercera vía para ponerle fin al acertijo que vive Venezuela, proponiendo un “referendo para impulsar unas elecciones generales”.

En charla con la AFP, el exministro Gustavo Márquez explicó que se trata de una posibilidad que busque “un gobierno de unidad nacional que asuma la emergencia humanitaria y económica”, que “sería como un gobierno de transición”.

Es claro que este escenario no tiene lugar sin que se pacte, como requisito inviolable, la elección de un nuevo cuerpo electoral en reemplazo del salpicado Consejo Nacional Electoral (CNE). De ahí que esta posibilidad carezca de momento de toda posibilidad para materializarse.

El presidente interino Juan Guaidó ve que la oposición está por primera vez en décadas en una situación de privilegio frente al chavismo, ya que políticamente tiene más respaldos a nivel local e internacional. Esto lleva a que Venezuela –siempre y cuando se dé el diálogo- posiblemente enfrente un escenario similar al de Nicaragua en 1989 con los sandinistas.

En esa ocasión se le entregó el gobierno a los civiles que inminentemente iban a ganar las elecciones, pero transitoriamente se les dio el control de las Fuerzas Armadas a militares demócratas. En Venezuela los hay, sin duda.

La periodista venezolana Sebastiana Barráez, experta en la fuente militar, en charla con este Diario, comentó que más de 150 uniformados han sido detenidos por no compartir las directrices del régimen. Entre ellos se destacan el general Raúl Isaías Baduel (quien salió de la cárcel hace meses en un estado crítico de salud) y Miguel Rodríguez Torres, presuntamente vinculado con el atentado contra Maduro a inicios de agosto en 2018.

Para que se concrete esta hipótesis antes tiene que haber un diálogo que pacte tal escenario. “Ganarse a los militares requerirá paciencia y negociaciones sofisticadas y discretas. La noción de ‘negociaciones’ es un anatema para gran parte de la oposición, dado el fracaso de los esfuerzos anteriores”, escribe Michael Shifter, de Diálogo Interamericano en The New York Times.

La Ley de Amnistía y Garantía propuesta por Guaidó y aprobada por el Poder Legislativo en pleno, ha sido el abrebocas para que dentro de las Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) se empiece a crear un ambiente propicio para el diálogo con la oposición. El punto es que varios sectores se oponen a amnistiar a todos aquellos que han vulnerado los derechos humanos, teniendo como referencia el Estatuto de Roma y la Corte Penal Internacional.

Más adelante, en caso de que se logre el diálogo, habrá que preguntarse qué tan sólida será la oposición y los sectores civiles del chavismo para que el poder permanezca en manos de civiles. La historia de las últimas transiciones en los países árabes (la Primavera Árabe) ha demostrado que al final los militares terminan gobernando para “estabilizar el país”.