Uno de los presuntos cabecillas del grupo armado que está tras los secuestros y ataques en la frontera con Ecuador, incluido el asesinato en cautiverio de un equipo de prensa de El Comercio de Quito, fue capturado.
En medio de la cacería que lanzaron Ecuador y Colombia para atrapar a Walter Artízala, alias ‘Guacho’, las autoridades capturaron a Vicente Cánticus Pascal (alias ‘Brayan’), uno de los supuestos jefes de los disidentes de las ya disueltas Farc, según el director de la Policía Nacional, general Jorge Hernando Nieto.
La detención fue anunciada en el puerto de Tumaco, epicentro de las operaciones del lado colombiano que buscan dar con el paradero de ‘Guacho’, convertido en el enemigo número uno de Colombia y Ecuador tras el rapto y asesinato de dos reporteros y un chofer del diario El Comercio.
“Este es un cabecilla de esta estructura de alias Guacho (...), y está sindicado de la responsabilidad directa de acciones terroristas”, sostuvo el Oficial a la prensa.
‘Brayan’, quien formó parte de la guerrilla que depuso las armas para convertirse en partido político, fue capturado en Ipiales, en Nariño.
El hombre, cuya edad no ha sido revelada, está implicado en ataques contra la Policía y torres de energía que han dejado sin servicio a los 200.000 habitantes de Tumaco, una de las localidades con más narcocultivos del mundo.
Según la Policía, ‘Brayan’ era uno de los eslabones de la cadena de producción y tráfico de drogas en el Pacífico y que tienen como destino Estados Unidos, el mayor mercado de la cocaína que produce Colombia.
Las autoridades sospechan que ‘Guacho’, jefe del frente Oliver Sinisterra, trabaja para el cartel mexicano de Sinaloa, y es el máximo responsable de los inusuales ataques que enfrenta Ecuador en la zona limítrofe.
También, por órdenes de ‘Guacho’, alias ‘Brayan’ lideraba la guerra por el control de Tumaco que involucra a una decena de grupos armados, y que estalló tras el desarme de las FARC el año pasado, como parte de un acuerdo de paz.
Ecuador y Colombia, que aún no logran recuperar los cuerpos del equipo de prensa ejecutado a balazos tras su secuestro el 26 de marzo en el lado ecuatoriano de la frontera, ofrecen una recompensa de 230.000 dólares por el jefe del grupo disidente.
Mientras van tras sus pasos, los subversivos cometieron un nuevo secuestro, esta vez de una pareja de ecuatorianos, según un video que hicieron llegar el lunes al gobierno en Quito.