Cárcel a colombiano en EU por drogar y robar soldados estadounidenses | El Nuevo Siglo
Jefferson Arango Castellanos, fue hallado culpable de "agresión y secuestro" de dos soldados del Ejército estadounidense. / Foto: AFP
Jueves, 30 de Mayo de 2024
Redacción Web

Jefferson Arango Castellanos, ciudadano colombiano de 36 años, ha sido sentenciado en los Estados Unidos a más de 48 años de prisión tras ser hallado culpable de "agresión y secuestro" de dos soldados del Ejército estadounidense. El Departamento de Justicia de EE.UU. informó de la condena este jueves.

Arango Castellanos fue extraditado de Colombia en 2023 y en enero pasado se declaró culpable de los cargos presentados en su contra. La sentencia incluye condenas por "secuestro, conspiración y agresión a una persona protegida internacionalmente".

Los hechos ocurrieron en marzo de 2022. Las dos víctimas, soldados estadounidenses en servicio temporal en Bogotá, asistieron a un partido de fútbol y luego visitaron un pub. En ese lugar, los criminales introdujeron drogas en sus bebidas, incluidas benzodiazepinas, según informó la Fiscalía.

Posteriormente, los delincuentes secuestraron a los soldados, los subieron a un automóvil conducido por uno de los cómplices, Silva Ochoa, y robaron sus billeteras, tarjetas de crédito y débito, y teléfonos móviles. Utilizaron las tarjetas robadas para realizar compras y retirar dinero de un cajero automático. 

La Fiscalía añadió que las víctimas permanecieron inconscientes hasta el día siguiente, cuando recobraron el conocimiento y se dieron cuenta de lo sucedido.

Las autoridades estadounidenses trabajaron en estrecha colaboración con sus homólogos colombianos para asegurar la extradición y el juicio de Arango Castellanos. La severa sentencia refleja la gravedad con la que el sistema judicial de EE.UU. trata los delitos cometidos contra personas protegidas internacionalmente, en este caso, personal militar en misión oficial.

El Departamento de Justicia de EE.UU. reafirmó su compromiso de perseguir a aquellos que cometen delitos contra ciudadanos estadounidenses, asegurando que se hará justicia independientemente del lugar donde ocurran los delitos.

Esta condena cierra un capítulo doloroso para las víctimas y sus familias, subrayando la importancia de la cooperación internacional en la lucha contra el crimen transnacional y enviando un claro mensaje de que tales actos de violencia y robo no quedarán impunes.