En un comunicado emitido por el Instituto Nacional de Salud (INS) de Colombia se confirmó la detección de la variante Ómicron JN.1 de COVID-19 en el país desde la semana del 24 de diciembre.
Esta variante fue catalogada como de interés por la Organización Mundial de la Salud (OMS) debido a su rápida propagación, siendo predominante en países como Estados Unidos y Europa.
Según el comunicado del INS, el incremento de casos de infecciones respiratorias es común durante el último trimestre del año, especialmente en diciembre y enero, debido a una mayor interacción social, fenómenos climáticos y la llegada de viajeros internacionales.
Comparando las cifras del 5 de noviembre al 2 de diciembre con el periodo del 3 al 30 de diciembre, se observa un aumento en el número de casos y su incidencia. Durante el primer período, se registraron 1.066 contagios, con una incidencia del 2.36 por cada 100 mil habitantes. En el segundo período, se notificaron 1.647 casos, con una incidencia del 3.64%.
La variante JN.1 tiene su origen en la Ómicron BA.2.86, siendo altamente contagiosa pero con una baja capacidad de causar enfermedad grave, hospitalización y muerte. El director general del INS, Giovanny Rubiano García, ha enfatizado que, hasta el momento, no se ha observado una mayor severidad de la enfermedad asociada a esta variante.
Rubiano subrayó la importancia de mantener las medidas preventivas, como el uso de tapabocas, la ventilación de espacios y la evitación de aglomeraciones. Afirmó que, a pesar de la circulación de las variantes, no se ha observado un aumento inusitado en las consultas médicas, similar a lo experimentado en otros países.
El INS hizo hincapié en la importancia de la vacunación, especialmente para los grupos de mayor riesgo, como adultos mayores, niños menores de cinco años y personas con condiciones de salud especiales. Rubiano señaló que las vacunas disponibles en Colombia ofrecen inmunidad cruzada contra todas las variantes de Ómicron en circulación.