LAS LLUVIAS torrenciales que se han presentado en las últimas semanas en varias regiones del país, han despertado las alertas de los expertos ante posibles emergencias naturales derivadas por este fenómeno. Deslizamientos de tierra y crecientes súbitas son los principales sucesos que avisa el IDEAM en diálogo con EL NUEVO SIGLO.
Luis Alfonso López Álvarez, jefe de la Oficina del Servicio de Pronósticos de este Instituto, resaltó que las lluvias recientes que se han presentado son naturales de la época. Si bien “en algunos sitios ha habido precipitaciones muy por encima de lo que normalmente llueve en octubre”, Colombia se encuentra en cifras promedio. No obstante, los datos reportados por este ente también sostienen alertas rojas y naranjas sobre zonas susceptibles a los deslizamientos de tierra en la región Andina y la región Caribe.
De manera reciente, justamente dos zonas afectadas en el centro del país fueron los municipios de Pacho, en Cundinamarca, tras el desbordamiento de la quebrada Venta Larga; y las inundaciones en el municipio de Las Estrella, Antioquía, luego de un suceso similar en la quebrada La Elvira que dejó numerosos daños materiales.
Para el IDEAM, las emisiones de estas alertas se centran principalmente en los datos monitoreados en “los municipios que han registrado lluvias, especialmente los últimos 10 días, lluvias recurrentes”. Eso sí, López destaca que esta emisión de alertas tiene tendencia a la disminución en medida que se haya reducción del fenómeno hidrológico en esos puntos críticos.
Con corte en el 22 de octubre, son 76 municipios repartidos en 18 departamentos con alerta roja y que implica la toma acciones de prevención inmediatas. Además, esta institución también tiene en alerta naranja a otros 195 municipios, lo que obliga a un monitoreo constante de la situación en las regiones.
¿Qué tanto van a durar estas lluvias?
Si bien Colombia se encuentra en punto medio en término de lluvias durante octubre, la estimación de continuidad de este fenómeno se puede extender aproximadamente “hasta finales de noviembre, y ya diciembre, enero y febrero son meses más relativamente secos, en casi que todo el país”, dice López.
¿Esto significa que estamos en el fenómeno del Niño? Para el IDEAM la estimación no es cercana. “Las lluvias son una condición puntual del día a día, que suele ser normal en esta época. Octubre es un mes lluvioso en gran parte del país. Más allá de eso, la condición de la temperatura en el océano Pacífico es normal en este momento. No tenemos ni fases frías, ni fases cálidas. Por lo tanto, no tenemos ni un fenómeno del niño, ni fenómeno de la niña”, afirma el representante de este instituto.
¿Cómo afectan estas lluvias a Bogotá?
Con el panorama de un posible desabastecimiento de agua para la capital colombiana, alertado por el presidente Gustavo Petro días atrás, el ente afirma que “los embalses no aumentan por lluvias allí puntualmente. Claro, las lluvias que caen en los embalses sirven para aumentar un poquito el nivel, pero lo que realmente aporta son las lluvias en los ríos que nutren/llegan a los embalses”.
En este sentido, las recientes lluvias en la capital no terminan siendo un factor muy determinante para la crisis que afronta Bogotá. Además, López también advierte que “más allá de que los embalses estén bajos, el consumo sigue siendo activo, es decir, seguimos disponiendo y necesitando de agua que está en los embalses y no necesariamente puede estar llegando la misma cantidad de agua que estamos consumiendo”.
A la fecha, según el más reciente reporte de la CAR de Cundinamarca, los principales embalses que abastecen al centro del país siguen estando en niveles bajos. El sistema Chingaza parcialmente se encuentra en un 44,18% de su capacidad total con tendencia a la baja, siendo el de principal uso bogotano. El sistema acuífero del norte, conformado por los embalses de Neusa, Sisga y Tominé está sobre el 53,33% con una tendencia estable, mientras el sistema acuífero del sur se encuentra en alza y con 93,57% de su capacidad total.