El grupo armado ilegal amenaza con represalias a quienes incumplan su orden.
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Varias localidades del Catatumbo están semiparalizadas el lunes por una huelga armada impuesta por Los Pelusos, Bacrim originada un reducto disidente del Epl, guerrilla desmovilizada en 1991, que se disputa con el Eln el control de narcocultivos.
Los Pelusos están tras la medida con la que buscan presionar el fin de los enfrentamientos que a marzo dejaban más de 2.000 desplazados, según autoridades.
"Dentro del marco del paro armado que el Epl está adelantando en diferentes municipios hay una disminución no solamente en el transporte, sino también temor de la gente de poder salir", dijo a los periodistas el coronel Edison Quintero, comandante de la Policía de Norte de Santander.
A raíz de esta acción, 11 municipios de esta área fronteriza con Venezuela están con las actividades restringidas.
En las vías se pueden ver vehículos incendiados o pintados con las siglas del Epl, según una autoridad local de Teorama, uno de los municipios afectados, que habló bajo reserva con la AFP.
El grupo armado amenaza con represalias a quienes incumplan su orden.
La situación es crítica y las actividades cotidianas, como el comercio o las clases se encuentran suspendidas ante la ola de violencia que viene arreciando desde finales de 2017.
"Ellos no habían tenido confrontación en años. Las diferencias empezaron debido a la expansión de los grupos que empezaron a ocupar los territorios que dejaron las Farc en la zona", señaló la fuente.
Las Farc depusieron las armas el año pasado tras un acuerdo de paz, lo que ha desatado luchas territoriales en varios puntos de Colombia por el control del narcotráfico.
Los municipios afectados por el paro de Los Pelusos - una organización narcotraficante según las autoridades - forman parte del Catatumbo, la segunda región con más cultivos de hoja de coca en Colombia, el mayor productor mundial de cocaína.
El Ejército y la Policía enviaron una fuerza especial para contrarrestar las acciones de los grupos ilegales.