¿Por qué se suicidan los autores de feminicidios? | El Nuevo Siglo
Muchas mujeres deciden no denunciar. / AFP
Sábado, 22 de Junio de 2024
Redacción Bogotá

Los casos de asesinatos de mujeres, lamentablemente siguen presentándose. Los más recientes ocurrieron en Bogotá. Sin embargo, este tipo de violencias basadas en género ocurren en todo el territorio nacional. 

 

El 29 de mayo, Stefanny Barranco, de 32 años, fue víctima de feminicidio por parte de su expareja sentimental, Iván José de la Rosa, quien la atacó en su lugar de trabajo en el centro comercial Santa Fe (en el norte de Bogotá) y luego de ello se autolesionó con el objetivo de quitarse la vida, pero sin éxito.

Tras el homicidio de Stefanny, y en menos de 24 horas, el 30 de mayo, los medios registraban una nueva víctima de este atroz delito, esta vez en la localidad de Suba. Se trataba de Natalia Velásquez, de 31 años, quien murió también a manos de su expareja y ante los ojos de su pequeño hijo de 3 años, además de otros familiares que la acompañaban e intentaban evitar el fatal desenlace. Su feminicida, se suicidó de inmediato.

Sobre este flagelo, la Procuraduría General de la Nación reveló cifras escalofriantes. La procuradora Margarita Cabello indicó que, tan solo en lo corrido de este año, “18 mujeres por mes han sido asesinadas presuntamente por sus parejas o exparejas sentimentales, eso quiere decir que cuatro mujeres han muerto a la semana en virtud de problemas relacionados con la vida familiar. Esto no puede seguir ocurriendo”.

La directora del Ministerio Público sostuvo, además, que entre el 1° de enero y el 30 de mayo de 2024, se han conocido en medios de comunicación 90 feminicidios. De igual manera, señaló que el arma blanca es el más utilizado para cometer este acto homicida, en 39 de 61 casos.

Ante este escabroso panorama, EL NUEVO SIGLO consultó a dos expertos en conducta humana, en busca de las razones que pueden llevar a que una persona ejecute este tipo de hechos.

El presidente de la Asociación Colombiana de Psiquiatría, Mauricio Castaño, señaló que “el feminicidio es el peor acto de violencia contra la mujer. Este no es el asesinato de una mujer como tal, sino que incluye, además, una manifestación relacionada con el género; esto significa que la persona que comete el feminicidio tiene un patrón estereotipado de discriminación hacia las mujeres o hacia las niñas, considera que puede tener una relación de poder, de desigualdad entre él y las mujeres, va en contra de la norma social”.

En ese sentido, el psiquiatra fue enfático en que no se trata de una enfermedad mental, “sino un patrón estereotipado en las personas que están en riesgo de cometer un feminicidio”. 

Además, el doctor Castaño dijo que esta problemática “no debe ser estigmatizada como si fuera un problema solo de Colombia. Este es un problema de todo el mundo. El último reporte de la de Naciones Unidas, que es del 2022, menciona que a lo largo del planeta hay feminicidios; en países del primer mundo, en países en vía de desarrollo. Obviamente, son más en unos países que en otros, pero se indica que casi 89.000 mujeres y niñas fueron asesinadas en 2022, en todo el mundo”.

“La verdadera dimensión del feminicidio no se ha establecido. Ahora es más visible porque encontramos más mujeres que están dedicadas al activismo, son defensoras de los derechos humanos, más mujeres que están siendo parte de la política; están empezando a tener puestos directivos en empresas, en puestos del gobierno, teniendo trabajos, que antes eran exclusivamente del género masculino”, agregó.

Muchas veces, la muerte de estas mujeres “puede pasar porque se suicidaron, por temor a denunciar, dicen que fue un accidente, o no denuncian porque es tolerado dentro de las mismas familias. Entonces a una niña la maltrata el padre o el tío y esto no lo denuncian porque lo consideran 'normal'”.

Asimismo, indicó que en el accionar del agresor es posible que influya la experiencia; si por ejemplo, “pudo haber aprendido por observación a desarrollar la conducta, dependiendo del círculo social en el que se mantenga, si es un círculo machista... Pero es una decisión de la persona tener ese tipo de comportamiento y no tener una capacidad del carácter (que nosotros llevamos una ‘dimensión de carácter’), que es la capacidad de mirarse hacia adentro o de juzgarse y decidir 'este patrón de comportamiento que estoy teniendo es equivocado' […] Finalmente, es algo voluntario”.

En cuanto a la pregunta de ¿por qué el agresor busca suicidarse tras llevar a cabo el feminicidio?, el doctor Castaño sostuvo que “no existe un perfil de la persona que comete feminicidio y luego suicidio. Lo que se ha encontrado en las investigaciones es que los hombres que cometen feminicidio y suicidio son más violentos que los que cometen feminicidio solo; llegan incluso a antecedentes de estrangulamiento a la pareja, hasta casi matarla, han amenazado a la pareja con matarla y luego matarse a ellos mismos, y aunque en los dos hay antecedentes de abuso de sustancias, en los que han cometido feminicidios y luego suicidio se ha encontrado que puede ser un poco más el aumento del uso de sustancias”.

Por otra parte, la psiquiatra Tatiana González, coordinadora de hospitalización de la Clínica Montserrat, analizó el proceder de los victimarios y dijo a EL NUEVO SIGLO que, pese a que también se da la violencia de mujeres a hombres, en la mayoría de los casos de feminicidio, “los perpetradores son hombres. Se observa que hay ciertos rasgos en la estructura de su personalidad y en estas personas se encuentra desde el narcisismo (solo) hasta el narcisismo un poco más ‘maligno’ y la sociopatía, que es como el punto culmen del narcisismo”.

Este tipo de hombres, de acuerdo con la psiquiatra González, “han tenido unas bases de apego inadecuadas en la infancia, lo cual genera situaciones de inseguridad, sobre todo en esas relaciones. Un apego seguro se logra desde la primera infancia. Generalmente en estas personas se ven fallas en ese apego seguro –que al inicio, obviamente, se da con mamá, con papá– y esto genera ciertas inseguridades en la vida adulta y se ve reflejado en la vida de pareja; entonces de ahí nace, un poco, esa necesidad de control”.

La doctora sostiene que la conducta incluye el control de las llamadas, las relaciones sociales, las relaciones familiares, y asegura que “generalmente en el discurso de estas personas se encuentran frases como ‘usted es mía’, ‘usted es de mi propiedad’, ‘si usted no es de mí no va a ser de nadie’”. En este punto, según la especialista, se evidencia una “necesidad de control de estas personas con estos rasgos narcisistas”.

En ese mismo hilo, destaca la doctora González, a estas mujeres “las ven como una pertenencia y, en cierta medida, parte de su identidad, es por eso que deciden acabar también con ellos mismos, porque al acabar con la con la vida de la mujer, están también acabando con ellos mismos”.

A esto se suma el hecho de tener que enfrentarse ante las penas que impone la ley y se demuestra su deseo de evadirlas y el temor, obviamente, a perder su libertad, ya que al menos les espera una condena cercana a los 50 años de cárcel (en Colombia).