Sumapaz es la localidad número 20 del Distrito Capital de Bogotá, pero se extiende más allá, conformando una de las 15 provincias de Cundinamarca, con los municipios de Fusagasugá, Silvania, Tibacuy, Pasca, Arbeláez, Pandi, San Bernardo, Venecia, Cabrera y Granada. Además incluye al sur el corregimiento de San Juan, al nororiente parte del Tolima (Icononzo, Villa Rica y los corregimientos de El Palmar, Nuevo Mundo, Alpes, El Roble, Mercadilla, Núñez, La Colonia, La Pradera, El Duda) y va hasta el Pato y La Uribe, en el Meta.
La proyección del DANE calcula en 12.000 el número de habitantes de la localidad capitalina y en 246.184 el de la provincia cundinamarquesa.
Esta extensa zona rural se ha visto envuelta en la última semana en una polémica sobre su nivel de seguridad. Las versiones contradictorias entre la administración de la alcaldesa Claudia López y el gobierno Duque en torno a la posible presencia en esa zona de las disidencias y reincidencias de las Farc, al mando de alias ‘Gentil Duarte’ e ‘Iván Márquez’, tuvieron eco internacional, sobre todo en los partes noticiosos de las agencias de prensa.
Como se sabe, la Alcaldía afirmó que sí había tal presencia de grupos armados, pero luego trató de matizar la versión, señalando que no se sabía si en realidad estaban detrás de una serie de asesinatos en la zona. Sin embargo, el ministro de Defensa, Diego Molano, negó tajantemente que esos grupos armados estuvieran en la región.
¿Qué, entonces, es lo que está pasando en una región de importancia estratégica para Bogotá y Cundinamarca, que amerita mayor atención del Estado?
El politólogo y consultor en temas de seguridad Ernesto Borda, director ejecutivo de la firma Trust, le dijo a EL NUEVO SIGLO que esa es “una zona que es muy, muy importante en términos de las previsiones de construir de Bogotá una ciudad-región, es decir una ciudad que se extienda y que irradie sus beneficios hacia una ruralidad que cada día es más importante por razones de sostenibilidad”.
A su turno, Jorge Restrepo, director del Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (Cerac), le manifestó a este Diario que “no he encontrado ninguna evidencia, ningún registro delictivo ni ningún registro en medios de comunicación que dé apoyo a las afirmaciones de la alcaldesa de Bogotá. Y me parece que la otra afirmación que ella hace al asociarlo a una lenta implementación del acuerdo de paz es incorrecta”.
“Es una información no comprobada, es un titular de alto impacto y es una información incorrecta. Creo que tiene más intereses políticos y afecta severamente la seguridad de Sumapaz, que es una región que está en paz, como gran parte del departamento, si no todo el departamento de Cundinamarca, desde mucho antes de la firma del acuerdo de paz, y me parece que le hacen mucho daño a la zona rural de la ciudad de Bogotá”, sostuvo Restrepo.
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Área rural
Borda anotó que lo que pasa es que esa ha sido históricamente “una región que hace parte del Distrito Capital, pero que también hizo por años de años parte de los corredores y de las retaguardias estratégicas de las Farc, en donde ejercieron una importante influencia, en particular para su acceso al sur del país y la integración entre el oriente y el occidente del país, y en donde tuvieron una base social importante”.
“Lo que uno puede ver hoy”, apuntó, “después de la firma del acuerdo con las Farc es que, pues, es una zona que sigue siendo desatendida, que sigue siendo muy marginal y en donde pueden ocurrir perfectamente dos cosas: una que haya grupos o partes de las Farc que hayan decidido no entrar al proceso y que estén viendo el futuro nuevamente en armas, lo cual sería muy grave, las famosas disidencias; pero la otro que puede estar pasando es que sea una zona en donde la propia población, que se ve con un vacío de poder, está tratando de llamar la atención acerca de la necesidad de que el Estado vuelque su mirada hacia allá y genere condiciones de desarrollo”.
En consecuencia, cualquiera que sea la circunstancia que haya originado el debate, lo que requiere Sumapaz es mayor presencia del Estado, no solo porque sea “necesario sofocar cualquier rebrote de violencia y de estructuras armadas que amenacen la estabilidad institucional del país, sino particularmente porque es una zona de altísimo valor estratégico por razones ambientales y por razones de construir nuevos aparatos económicos basados en lo que se llama hoy la bioeconomía, o sea economías agrícolas de alto valor”.
Además, expresó Borda, “hay que recordar que Sumapaz es una de esas despensas de abastecimiento de la metrópoli y, por lo tanto, lo único que hay en Sumapaz es un montón de oportunidades”.
Homicidios
Los hechos violentos que desencadenaron la polémica ocurrieron a comienzos de este mes. El 2 de marzo fue asesinada una persona cuando se encontraba en su casa, localizada en la vereda Las Chorreras; ese mismo día un agricultor fue abatido, al parecer, por los mismos delincuentes; y al día siguiente una tercera víctima fue acribillada en la vereda Alto de Duda. A todos los mataron frente a sus familias.
Como se dijo, el Ministro de Defensa aseguró que en Cundinamarca no hay grupos armados organizados (GAO), no hay disidencias de las Farc, “y será la Fiscalía general quien se encargará de esclarecer los homicidios presentados en la región”.
“Hay una divergencia frente a la posición que ha presentado la Alcaldía de Bogotá, pero lo que es claro es que nuestras Fuerzas Militares y de Policía tienen la definición clara de que no existen esos grupos residuales de las Farc en la localidad de Sumapaz ni en Cundinamarca. Y en esa medida han mantenido y mantendrán su presencia en este corredor para proteger al centro de Bogotá y al departamento”, dijo Molano.
La alcaldesa López matizó lo inicialmente dicho, observando que “por ahora no hay ninguna evidencia, por fortuna”, de que los grupos armados organizados (GAO-r) “tengan presencia directa en la región de Sumapaz, pero sí en la región del Duda. Entonces lo que están haciendo en esa disputa es entrar desde El Duda a intimidar a ciudadanos en el Sumapaz e incluso presuntamente asesinarlos”.
Según la mandataria, los asesinados eran campesinos que estaban trabajando tierras entregadas por las Farc en el marco de la reparación.
“Bogotá y Sumapaz también es Colombia, apreciado Presidente. Necesitamos que el Gobierno nacional invierta en El Duda, en Cabrera y en Sumapaz, para que nuestros campesinos no vuelvan a ser víctimas de ninguna organización criminal”, expresó López.
El Gobierno replicó que tanto en Sumapaz como en todo el país se está cumpliendo el acuerdo de paz.