Entrevista. El líder de la Diócesis de Ocaña, Norte de Santander, pidió más presencia del Estado en la región
EL NUEVO SIGLO: ¿Cómo está la situación de orden público en Norte de Santander?
GABRIEL ÁNGEL VILLA: En estos momentos estoy fuera de la región, porque estoy participando en el Sínodo sobre los Jóvenes, la Fe y el Discernimiento Vocacional, pero por medio de los medios digitales estoy enterado de lo que sucede en la zona.
Como bien sabemos, de tiempo atrás viene una lucha entre los grupos el Eln y el Epl por el dominio de la zona. Esto se ha agudizado en distintos momentos, sobre todo en algunas áreas como Vellavista, Convención, Acarí y parte de El Carmen y Teorama. Se han presentado en estos días secuestros, como el del niño Cristo José, que fue liberado, pero sigue secuestrado el señor Jesús David Castilla, comerciante de la ciudad de Ocaña, y tuvimos noticias del secuestro de un señor Vergel, de la Playa de Belén. Por lo tanto, la situación es compleja y la gente vive con miedo de lo que puede suceder en la zona.
ENS: ¿Cómo es esta zona?
GAV: Como bien sabe, se trata de la región del Catatumbo, una región rica en muchos recursos naturales, como la madera, también la palma, el carbón, pero está también infectada por la siembra de la coca y esto se convierte en combustible que enciende en todo momento situaciones sociales difíciles, por lo tanto, es una situación compleja que esperamos pueda tener el mejor desenlace en el resto de los años.
ENS: ¿Qué espera para la zona?
GAV: Lo que la región requiere siempre es inversión social. Todavía hay mucha escasez en vías de comunicación para sacar los productos de los campesinos, lo que tiene que ver con carreteras terciarias; falta mayor número de educadores; puede faltar en algunos de los pueblos inversión en acueducto y alcantarillado. Son situaciones que hacen entender que se necesita mucho la inversión. Esta, que ha sido una región de frontera, siempre ha sido descuidada.
ENS: ¿Cómo ha sido su trabajo pastoral?
GAV: El trabajo pastoral siempre ha sido con la gente, acompañándolos en las distintas situaciones. Tenemos un plan de pastoral que también logra priorizar lo que más necesita cada población. Hay algunas zonas que requieren una atención especial en la pastoral social, lo que se hace en zonas de conflicto por medio de fundaciones caritativas a nivel de Iglesia.
Lo que más valora la gente es la presencia del sacerdote, que nunca abandona a sus comunidades, la cercanía, la compañía y el buscar alternativas para solucionar las distintas situaciones.
ENS: ¿Y el tema de la implementación de los acuerdos de paz con la Farc, cómo avanza?
GAV: En Norte de Santander la presencia de las Farc no fue tan fuerte. Allá hay presencia más activa del Eln. Solamente hubo un campamento en la zona de Tibú y unos pocos que había de las Farc. Parece que están retornando a actividades de beligerantes, por lo tanto, los acuerdos en Norte de Santander todavía son muy incipientes. En la región no se notan los efectos de los acuerdos con las Farc, porque la realidad es distinta a otras zonas del país.
ENS: ¿Cómo le ha ido en Sínodo?
GAV: Son tres semanas y cada uno de los padres que asiste, los distintos obispos, tienen la oportunidad de hablar. La primera semana trata de la realidad, lo que se ha llamado reconocer la situación de los jóvenes en el mundo. La Iglesia está presente en los cinco continentes. La segunda semana es interpretar esa realidad, saberla leer a la luz del Evangelio, de las ciencias sociales y la última semana es elegir. Es decir, qué acciones podríamos tener para ayudar a los jóvenes en esta época. Hemos reconocido los valores de los jóvenes, pero también la problemática que viven.