En la jurisdicción de la Alta Guajira, dentro de la Sierra Nevada de Santa Marta, se registraron enfrentamientos entre las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), conocidas como ‘Clan del Golfo’, y las Autodefensas Conquistadores de la Sierra Nevada (ACSN), también denominadas ‘Pachenca’. Los combates, que se extendieron por más de cuatro horas, dejaron un saldo de tres personas fallecidas, todas presuntamente integrantes de las AGC, entre ellos alias ‘06’, señalado como cabecilla en La Guajira.

Según información preliminar, el enfrentamiento se originó cuando las AGC intentaron tomar el control de un área estratégica para actividades ilícitas como el narcotráfico y la extorsión. El ataque fue repelido por miembros del bloque Javier Cáceres de las ACSN, quienes también incautaron tres fusiles de largo alcance pertenecientes al grupo rival.

Habitantes de la zona relataron haber permanecido confinados en sus hogares durante el enfrentamiento, temiendo por su seguridad. “Todos nos confinamos en las casas y permanecíamos agachados por temor a una bala perdida. Fueron horas muy tensionantes”, comentó un residente que solicitó anonimato.

Líderes indígenas de la región manifestaron su preocupación ante el aumento de los enfrentamientos armados, señalando que estos hechos afectan directamente su seguridad y calidad de vida. Lerber Dimas, defensor de derechos humanos, subrayó que estas comunidades enfrentan una creciente vulnerabilidad debido a los continuos choques entre grupos armados.

Contexto regional

Este incidente se suma a un panorama de violencia persistente en los departamentos de Magdalena y La Guajira. En lo corrido del año, se han registrado más de 300 homicidios en la región, según datos de inteligencia policial. Las ACSN han sido señaladas como responsables de la mayoría de estos hechos, en medio de su disputa por el control de rutas de tráfico de drogas y extorsión.

A pesar de los recientes anuncios del Gobierno Nacional sobre posibles diálogos sociojurídicos con grupos armados, la situación sobre el terreno sigue siendo crítica. Las autoridades han intensificado su presencia en la región, pero los enfrentamientos y homicidios continúan generando preocupación entre la población civil.

Organismos internacionales y defensores de derechos humanos han solicitado medidas urgentes para garantizar la protección de las comunidades afectadas y estabilizar la zona.