Los retos de Bogotá para convertirse en una ciudad circular | El Nuevo Siglo
Una de las principales conclusiones hace referencia a que este modelo de ciudad garantiza un aumento en la calidad de vida, aportando una mayor resiliencia frente a los desafíos ambientales y sociales que enfrenta la capital / Enel Colombia
Enel Colombia
Domingo, 3 de Septiembre de 2023
Redacción Bogotá

En el marco del cuarto Congreso Internacional de Investigación e Innovación Ambiental (CNIIA - 2023), Enel Colombia, junto con la Universidad de los Andes y la Secretaría Distrital de Ambiente de Bogotá, presentaron los resultados de su documento “Bogotá D.C. en su Transición a Ciudad Circular”. 

Durante la presentación se enfatizó en la necesidad de impulsar una visión de ciudad circular para la capital del país, que le permita enfrentar los desafíos medioambientales que se han intensificado por la contaminación del aire, la escasez de recursos, la falta de promoción de una cultura sostenible y la producción excesiva de residuos contaminantes.

Pero, ¿qué es una ciudad circular? EL NUEVO SIGLO habló con Gian Paolo Daguer, gerente de Sostenibilidad de Enel Colombia y Centroamérica, quien además es uno de los autores del informe, sobre este concepto. 

“En las ciudades circulares confluyen los conceptos de ciudades sostenibles e inteligentes, incluyendo modelos de gobernanza abierta y de economía circular. En estas ciudades se replantea por completo la manera en que los productos, materiales y activos se emplean para evitar los residuos en general, el valor de los recursos se mantiene al máximo nivel durante muchos ciclos de vida y los sistemas se regeneran”, explicó. 

Algunas de las características principales de las ciudades circulares son que obtienen su energía de fuentes renovables y la contaminación ambiental queda descartada desde la etapa del diseño de la ciudad. 

Asimismo, tienen sistemas de transporte público masivos sin emisiones, los esquemas de construcción son sostenibles, lo cual ofrece ventajas medioambientales y sanitarias para los ciudadanos y el uso del espacio público se replantea para que haya una mayor accesibilidad a los servicios y a las zonas de ocio.

Además, la economía está basada en capacidades locales, con lo cual se genera un aumento directo de los puestos de trabajo de las comunidades locales y las cadenas de valor contemplan circuitos cerrados a nivel local, fomentando la simbiosis industrial en áreas específicas. 

Con estas características, según explicó el experto, las ciudades serán más prósperas, habitables y resilientes.

¿Qué le hace falta a Bogotá para convertirse en una ciudad circular?

El gerente de Sostenibilidad de Enel sostuvo que Bogotá ya ha iniciado el camino a convertirse en una ciudad circular. “Ya cuenta con un esquema de gobernanza abierta articulado con proyectos que aceleran su transición circular. También presenta avances significativos en la descarbonización de su flota de transporte masivo, en energías renovables y en construcción sostenible”, afirmó.

Sin embargo, advirtió que la ciudad puede reforzar los siguientes aspectos para acelerar su transición hacia una ciudad circular:

  • Evaluar y promover la regeneración de edificios e infraestructuras existentes, antes de construir nueva infraestructura.
  • Fortalecer el esquema de contratación circular del Distrito.
  • Aumentar la senda de electrificación del transporte masivo.
  • Promover esquemas de transporte sostenible como el vehículo compartido y la bicicleta.
  •  Implementar tecnologías de monitoreo y control de tráfico.
  • Aumentar la producción y consumo de energía renovable en la ciudad.
  • Promover la separación y clasificación de los residuos por parte de los ciudadanos.
  • Planeación circular del crecimiento de la ciudad con planes de desarrollo, urbanismo y uso del suelo dentro de esta visión circular.
  • Desarrollo de capacidades, asistencia técnica e investigación, basado en alianzas entre gobierno distrital y la academia.
  • Aprovechar oportunidades de financiación para proyectos circulares: subsidios, incentivos tributarios, cofinanciación e inversión.

En este sentido, el experto afirmó que el ciudadano es el actor principal dentro de este proceso de transición.

 

“Desde nuestro rol como ciudadanos, empleados, empresarios, emprendedores, estudiantes, gobernantes o dirigentes, todos podemos aportar a la descarbonización y a la transición de Bogotá a convertirse en una ciudad circular. La suma de nuestras acciones diarias hace posible esta transición”, señaló. 

Desafíos medioambientales

A su vez, explicó que uno de los principales retos de la ciudad a nivel ambiental es la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. En el documento se presentan una serie de intervenciones sugeridas y se modela su impacto en materia de descarbonización para la ciudad.

Dentro de los principales hallazgos del informe, se destacan seis recomendaciones para los administradores y gestores de las administraciones locales, que pueden ser útiles en el proceso de transición a ciudad circular.

La primera es establecer un planteamiento articulado para toda la ciudad en materia de economía circular. Por su parte, la segunda corresponde a integrar estrategias disruptivas de economía circular en la planificación general de la ciudad, combinando los planes económicos, energéticos y urbanos.

Asimismo, la tercera hace referencia a definir objetivos, fijar metas y hacer seguimiento a los proyectos que viabilicen su implementación a través de sistemas de información. A su turno, la cuarta recomendación es aprovechar las oportunidades financieras nuevas y emergentes.

La quinta corresponde a aumentar la sensibilización de los interesados y su inclusión en la definición y el logro de los objetivos de circularidad. Finalmente, la última recomendación es desarrollar capacidades para la transición circular en la ciudad y fuera de ella a través de la educación, la formación y el intercambio de conocimientos.

Los autores del documento, Gian Paolo Daguer y Michael Marín, por parte de Enel Colombia; Bart Van Hoof, de la Universidad de los Andes, y Diego Rubio, por parte de la Secretaría Distrital de Ambiente, explicaron la importancia de que Bogotá lidere estos procesos de cambio, debido a que la capital concentra el 15 % de la población de Colombia y contribuye al 20 % del PIB nacional. Lo anterior la ubica como el epicentro económico de la región y, a la vez, el centro de conocimiento e intercambio cultural del país.

Allí señalan que la ciudad se ha convertido en un ejemplo a seguir en términos de planeación e innovación urbana, así como en el escenario perfecto para abordar las posibles soluciones a los desafíos medioambientales que afronta. 

Determinan además que la concentración y circulación de personas y recursos potencializa el impacto de nuevas soluciones, como la difusión de las energías renovables, la electrificación de uso final, el uso compartido y la reutilización de los bienes para la reducción de los residuos.

“El sector privado, la academia y la administración de Bogotá se unen en la construcción de este documento para demostrar que es posible crear una ciudad sostenible y resiliente entre todos, beneficiando por medio de estas acciones a más de 8 millones de habitantes que tiene la capital. Con este, proporcionamos a Bogotá Región un planteamiento de ciudad circular al 2030, basado en recomendaciones donde la economía circular contribuye a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y genera ventajas para la ciudad, como mayor resiliencia o mejor calidad de vida”, aseguró Gian Paolo Daguer, de Enel.

El documento concluye que la economía circular emerge como una poderosa herramienta para la consecución de un desarrollo sostenible y una gestión eficaz de los recursos en la ciudad. Esta transición hacia una ciudad circular exige la colaboración activa de diversos actores y sectores, incluyendo ciudadanos, empresas, gobiernos y organizaciones de la sociedad civil. En este contexto se vislumbran múltiples ventajas para los ciudadanos, como una mejora en su calidad de vida, mayores oportunidades y una mayor resistencia ante retos ambientales y sociales. 

Además, esta transición puede catalizar oportunidades económicas y laborales, especialmente en áreas como la gestión de residuos, la energía renovable y la economía verde. Para garantizar un paso exitoso hacia esta nueva dinámica, se requiere de un esquema de gobernanza abierto que incentive la economía circular, estimule la innovación y el emprendimiento, facilite la participación ciudadana y fomente alianzas y colaboraciones entre diversos actores y sectores.