No es fácil la labor que está cumpliendo el director del Ideam, Omar Franco, en el sentido de explicar todos los días en cuanto escenario tiene a la mano que pese a la temporada de lluvias que atraviesa el país y que ha generado emergencias invernales en varias partes del país, es necesario hacer un uso racional de agua y luz eléctrica porque el fenómeno de El Niño está afectando a Colombia y tendrá su pico más fuerte entre enero y febrero.
Sus explicaciones obviamente no calan mucho en una opinión pública que no entiende cómo se habla del riesgo cercano de sequía cuando llueve en gran parte del territorio nacional y el nivel de los embalses está por encima de los promedios históricos para esta época del cierre de año. Dudas que aumentan al ver a mandatarios departamentos y municipales, así como a gremios y voceros de otros sectores protestando por los aumentos en las tarifas de los servicios públicos autorizados como parte del plan de contingencia para hacer frente al fenómeno climático.
Sin embargo, la razón le asiste a Franco pues El Niño es una amenaza real que ya está causando estragos y sus consecuencias serán más graves al comienzo de 2016, por lo que no se puede bajar la guardia ni flexibilizar las campañas para uso racional de agua y energía. El Ideam, pues, debe hacerse oír en todos los rincones y a todos los niveles, pues de lo contario la emergencia en pocas semanas por las altas temperaturas será muy complicada de mitigar o neutralizar.