Contradanza de la valorización
Deseamos de todo corazón que les vaya bien a quienes nos gobiernan, pues los ciudadanos comunes y corrientes somos los beneficiarios inmediatos de sus aciertos y las primeras víctimas de sus errores. Lo contrario sería como querer que le vaya mal al piloto del avión que abordamos o al conductor del bus que nos transporta.