¿Florero de Llorente ?
En sus sofisticados espejismos estratégicos, las Farc creen que el Gobierno está buscando una gota que rebase la copa para romper el proceso.
Lo que no perciben es que -como sucedió hace 10 años- el Gobierno será, por inercia (y esta vez, además, por apetito electoral), el último en decidirse a ponerle fin al disparate de La Habana.