¡Qué dolor, finalmente la mataron!
María Santos Gorrostieta, era médica, de solo 36 años de edad, madre de tres hijos, quien como alcaldesa de Tiquicheo, pequeño pueblo del Estado mexicano de Michoacán, se atrevió a retar a los “dueños” de ese Estado, los carteles que deciden quien vive y quien muere en este territorio, conocidos con los nombres de los Caballeros Templarios y los Michoacanos. Por ello fue secuestrada, torturada y asesinada.