El mundo al revés
Aristóteles consideraba que “el fin de la sociedad y del Estado era garantizar el bien supremo de los hombres, su vida moral e intelectual”
Hoy la sociedad se ha olvidado de este fin supremo, pues lo importante es satisfacer intereses particulares. Lideramos comunidades con el propósito de apartarnos de las leyes naturales, del bien supremo, nos colocamos máscaras de bondad pero en el fondo sólo contienen destrucción y dolor.