Lo más maravilloso de la vida es vivir en presente, disfrutar cada aquí y cada ahora, desde la plena consciencia. Este es un estado de gozo, al cual estamos invitados. Pero, se nos atraviesa el pasado.
Necesitamos soltar el pasado, dejar de sufrir por aquello que ocurrió hace años y que no podemos cambiar. Somos nosotros quienes podemos transformar las maneras que nos relacionamos con nuestra historia. Hubo situaciones que nos llenaron de felicidad y asombro, así como otras que nos trajeron dolor, miedo, asco o ira. Cuando seguimos anclados en las emociones surgidas en el ayer nos privamos de experimentar todas las que el momento actual nos regala. Si esto es así, ¿por qué será que a veces nos quedamos pegados de lo que ya sucedió, en nostalgia, dolor o sufrimiento?
Resulta que obtenemos beneficios cuando vivimos en tiempo pasado, que no podemos percibir fácilmente, pero que nos mantienen en las zonas de confort de la añoranza. ¿Tener ganancias desde el dolor o incluso desde el sufrimiento? Sí, ganar. Ese pasado doloroso puede ser en algún momento lo único de lo cual podemos aferrarnos para sobrevivir, lo que en ocasiones da sentido a la existencia.
No conozco al primer ser humano con la vida perfecta, que no haya experimentado circunstancias difíciles en algún momento de su historia. Sí, hemos vivido situaciones complicadas y es posible que hayamos sido víctimas reales en eventos traumáticos. Muchas veces nuestro papel de víctimas nos permite sobrevivir a través de la manipulación para lograr reconocimiento emocional o beneficios materiales. La ganancia está en no crecer, en seguir en nuestro rol de personas indefensas.
Es posible, también, que nos hayamos quedado enredados en el resentimiento hacia alguien que nos lastimó y seguir clamando por venganza, no necesariamente justicia. O que no hayamos elaborado alguna pérdida, como el fallecimiento de un ser querido o el abandono de una pareja. Igualmente, nos pudimos haber estacionado en el miedo, como consecuencia de ser vulnerados en nuestra integridad. ¿Puedes identificar cuáles eventos del pasado no puedes soltar? ¿Tienen que ver con miedo y culpa, tristeza y queja, ira y venganza, asco y exclusión?
Creo firmemente que tenemos el derecho a salir del pasado, dejar de sobrevivir y aventurarnos a vivir. Para ello, es preciso que nos desapeguemos del pasado, lo cual –paradójicamente- puede resultar doloroso. ¿Cómo vamos avanzando en el proceso? La respiración es una herramienta fundamental para ganar plena presencia, pues nos conecta con lo que experimentamos en este justo instante y en este lugar. Podemos aprender a agradecer; a perdonarnos y perdonar; a reconocer que estamos completos, haya ocurrido lo que haya ocurrido; a ocupar nuestro lugar y a abrazarnos con nuestra historia. Tenemos derecho al presente.
@eduardvarmont