La oposición de la Iglesia a la adopción por parte de parejas homosexuales fue reiterada por el obispo de Fontibón, Juan Vicente Córdoba, durante un foro sobre matrimonio y adopción gay que se llevó a cabo en la Universidad de los Andes.
Córdoba indicó que “no podemos obligar a los niños a tener como padres a dos hombres y dos mujeres porque lo que ellos perdieron fue a un hombre y una mujer” y que "no me gusta que el debate sea en las Cortes donde siete magistrados definan cosas de tanta trascendentalidad, vámonos a referendos, vámonos a plebiscitos, para eso está la rama legislativa, nos hemos extralimitado en la rama judicial".
El prelado también indicó que lo más importante es no polarizar más la discusión y sobreponer los derechos de las personas. “Esto no es de ganar batallas por genitalidad, por penes o vaginas. Hoy las batallas deben ser por la dignidad de los más pobres, por los que no son escuchados”.
Córdoba también manifestó que “pertenecer a la comunidad homosexual no es pecado, no es ni bueno ni malo, ni enfermo ni sano. El pecado es otra cosa. Es sencillamente no respetar la dignidad de los demás. No amar a Dios y al prójimo como a sí mismo, no darle de comer al hambriento, no darle de beber al sediento, y no colocar en su sitio la dignidad, la justicia, la salud de los demás. Prefiero mil veces que tengamos salud en Colombia, que tengamos dignidad, que no muramos en los hospitales, y mil veces que haya alimentos para todos, a que seamos homosexuales o heterosexuales”.
Agregó que "respetamos las uniones homosexuales, no las consideramos pecado pero para la Iglesia no son matrimonio ni pueden llamarse familia".
Expresó además que “como es la vida, va a llegar un momento en que la Iglesia sea la minoría que será aplastada por las mayorías. Respétennos, no nos tachen, no nos pongan adjetivos, y que nadie les diga enfermos o desubicados, ni locos ni locas a las homosexuales. Todo adjetivo sobra. Tenemos un sustantivo y es que somos hermanos y hermanas”, puntualizó.