El Ministerio de Justicia firmó con la sociedad Chemiworld SAS un acuerdo de cooperación que permitirá intercambiar información sobre actividades inusuales o sospechosas relacionadas con el manejo de sustancias y productos químicos controlados.
El acuerdo forma parte de la Ruta Futuro, política gubernamental para combatir el problema de las drogas en el país, y pretenden evitar al máximo el riesgo de desvío de productos químicos hacia centros de producción ilegal de drogas, garantizando medidas de transparencia y controles a su uso final.
La empresa Chemiworld SAS, experta en la industria química del país, distribuye solventes y otras sustancias empleadas en el sector, produce thinner, posee Certificado de Carencia de Informes por Tráfico de Estupefacientes desde 2010 y actualmente cuenta con autorización para la compra, importación, distribución y consumo de 11 solventes controlados, explicó el ministro de Justicia, Wilson Ruíz Orejuela.
Con la firma de este convenio se atiende uno de los objetivos estratégicos de ‘Ruta Futuro’: reducir la producción de droga mediante el control a las sustancias químicas e infraestructuras de producción a través del fortalecimiento de las acciones de fiscalización, interdicción, inteligencia e investigación.
Le puede interesar: Más de 1 millón de toneladas de productos han llegado a su destino
Así mismo, se da aplicación a una resolución del Consejo Nacional de Estupefacientes y a las recomendaciones de organismos internacionales especializados, como la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE).
Son tres los mecanismos identificados para el acceso a sustancias químicas para la producción de drogas ilícitas: producción artesanal de tales sustancias, contrabando y desvío de la industria lícita.
De acuerdo con cifras oficiales, en 2019 había 154.000 hectáreas de coca cultivada en el país, cuya producción potencial era de 1.137 toneladas de clorhidrato de cocaína con un 100% de pureza.
Para la extracción, refinación y conversión de toda esa cocaína desde la hoja de la planta de coca se requerían 92.000 toneladas de sustancias químicas sólidas (cemento, cloruro de calcio, carbonato de sodio, permanganato de potasio, metabisulfito de sodio, entre otras) y 469 millones de litros de sustancias químicas líquidas (gasolina, ácido sulfúrico, ácido clorhídrico e hidrocarburos derivados del petróleo como cetonas, alcoholes y ésteres).
El ministro Ruiz Orejuela agregó que estos acuerdos de cooperación voluntaria se formalizan con empresas o gremios estratégicos, previo proceso de sensibilización sobre los mecanismos de control de insumos químicos y definición de la información a compartir.