Ricardo Bonilla, exsecretario de Hacienda durante la alcaldía de Gustavo Petro, es profesor de la Universidad Nacional, especializado en la Universidad de Rennes (Francia). Cuenta cómo le fue a la misión de empleo alternativa que hubo en Colombia.

EL NUEVO SIGLO: ¿Cómo es que nace una misión de empleo alternativa  a la del Gobierno?

RICARDO BONILLA: El Gobierno convocó una misión de empleo. Los sindicatos colombianos y otras entidades académicas que no tienen nada que ver con la Universidad de Los Andes ni con Fedesarrollo, decidimos convocar una misión alternativa que mirara desde la otra Colombia qué pasa con el mercado laboral. Esta misión sesionó alrededor de la Escuela Nacional Sindical de Medellín, con el apoyo de grupos de trabajo de la Universidad Nacional, Javeriana, El Rosario y otras entidades, más las centrales obreras. No tiene nada que ver con el Gobierno, no fue pagada por nadie. Entregamos una serie de informes.    

ENS: ¿A quién le entregaron ese informe?

RB: Este informe se lo entregamos oficialmente al ministro de Trabajo, Ángel Custodio Cabrera, y al coordinador de la Misión de Empleo, que es Darío Maldonado. Debo señalar que nunca nos respondieron, ni siquiera dieron acuse de recibo y tampoco está en la bibliografía de la misión oficial.  

ENS: ¿Cuáles fueron las principales conclusiones de ese trabajo?

RB: La primera conclusión es que el problema del mercado laboral colombiano no es el mercado laboral. Es que no ha habido una política dirigida a fomentar el empleo distinta a hablar de los costos del trabajo. Nosotros tenemos una estructura productiva en la cual los sectores más productivos no generan empleo, esos son el sector minero-energético y el sector financiero. El sector minero-energético genera solamente, en el mejor de los casos, 300 mil empleos, y el sector de los bancos y seguros solo genera otros 300 mil empleos. Eso significa que Colombia vive de las rentas mineras y las financieras, y mientras un país viva de estas rentas no hay actividades productivas que generen empleo y tampoco se fortalecen estas actividades productivas. Entonces la renta minera y financiera lo que ha propiciado es la desindustrialización del país. Entonces la propuesta es que retornemos a un país con una estructura productiva que fortalezca la producción para generar empleo.

ENS: ¿Hay alguna manera de cambiar la estructura basada en los costos del trabajo?

RB: La forma de cambiar la estructura costos no ha funcionado, eso lo han venido haciendo desde hace 40 años, cuando vino una misión de la OIT, y esa misión dijo que Colombia tenía un problema de demanda fuerte y que por esa razón las tasas de desempleo eran las más altas del mundo y tampoco mejoraba la productividad; no le hicieron caso. En los 80 vino otra misión que señaló problemas estructurales, uno de ellos la capacidad de la demanda y por otro lado el de los costos de trabajo. Estas propuestas fueron la base de la Ley 50 de 1990, en la que se eliminó la retroactividad de las cesantías y se flexibilizó la contratación laboral para hacerla temporal y no permanente. En ese momento la tasa de desempleo superaba el 10% y logró bajar al 7, es la tasa de desempleo más baja que ha tenido el país desde que se tienen estadísticas de empleo. Y después de eso nunca se ha vuelto al 7%. Hoy en día la tasa de desempleo es de dos dígitos. El problema central está en cómo construimos una nueva estructura productiva.