EL ANUNCIO del presidente de Ecopetrol, Ricardo Roa, de recurrir a la importación de gas natural desde Venezuela para garantizar el abastecimiento del metano en Colombia, sigue generando incertidumbre, sobre todo porque el proceso depende de que Estados Unidos otorgue los permisos correspondientes, en vista de las sanciones económicos que pesan sobre el régimen de Nicolás Maduro.
Como se sabe, la semana pasada, el titular de la estatal petrolera presentó la hoja de ruta que seguirá esa compañía los próximos 10 años, asegurando que, en efecto, el país tiene capacidad para garantizar el abastecimiento de gas natural, pero que requieren de la flexibilización normativa para su comercialización.
Al respecto, el exministro de Minas y Energía, Amylkar Acosta, aseguró a EL NUEVO SIGLO que, aunque se flexibilicen las sanciones por parte de Estados Unidos, la empresa Petróleos de Venezuela (Pdvsa) sigue en la lista Clinton, que es como se le conoce a la lista negra en la que se encuentran tanto compañías como personas que han sido relacionadas con actividades propias del narcotráfico en todo el mundo.
“Colombia solicitó hace rato autorización para que Ecopetrol pueda llegar a un acuerdo con ella y hasta el momento no la ha tenido. Todo depende de los resultados de los comicios en julio en Venezuela. Si Nicolás Maduro hace trampa para atornillarse (en el poder) veo muy remota la posibilidad de que Estados Unidos mantenga la flexibilidad de las sanciones y, más bien, las endurezca, máxime cuando Biden está en campaña para reelegirse y, en consecuencia, no puede mostrar debilidad frente al dictador porque sería darle ventaja a Trump”, indicó.
Acosta también apuntó que “además de la incertidumbre política que rodea la importación de gas desde Venezuela, está la dificultad de su transporte desde el oriente, que es donde están las mayores reservas de Venezuela; es decir, en el estado Zulia. Para empalmar con el gasoducto Antonio Ricaurte, totalmente averiado, que se extiende hasta La Guajira, demandará tiempo e ingentes inversiones que una quebrada Pdvsa no está en condiciones de asumir”.
El exministro aseguró que “en todo caso, Colombia debe contemplar la importación de gas, como la que se hace por la regasificadora de El Cayao en Cartagena como un respaldo, nunca como una dependencia, sobre todo después de las dos lecciones aprendidas que deja la crisis energética de la UE, en el sentido de que la transición energética no debe poner en riesgo la seguridad energética”.
Reservas precarias
Como es sabido ya, el presidente de Ecopetrol anunció que a partir de 2025 será necesario importar gas desde Venezuela, por lo que muchos se preguntan cómo llegó Colombia a esta circunstancia.
Acosta responde que “las reservas tanto de petróleo como de gas son muy precarias y a duras penas alcanzarían para 7.1 años las primeras y 6.1 las segundas. Las de contera vienen en declinación, lo que no se puede detener, sino reponiéndolas y ello depende de la actividad exploratoria, que se ha visto desalentada por la decisión del Gobierno de no firmar nuevos contratos de exploración y producción”.
Del mismo modo, indicó que es posible afirmar que la crisis de abastecimiento de gas natural ha sido inducida por la terquedad del Gobierno en descartar la firma de nuevos contratos. “Durante el fenómeno de El Niño, Colombia estuvo a punto de un racionamiento. Lo impidió el respaldo del parque térmico de generación y el 90% de este opera con gas, que tuvimos que importar en una proporción del 70% requerido a través de la regasificadora de El Cayao, ubicada en Cartagena”.
Además, destacó que el déficit de gas natural previsto para el 2025 es solo temporal, toda vez que el hallazgo en el Bloque Tayrona (Gorgon y Uchuva), más el Sinú, en los que se estiman grandes reservas contingentes, tardarán entre 2 y 3 años en declararse comerciales. “Ello le aseguraría al país su autosuficiencia”, puntualizó.