Repensar la continuidad de la mesa con el Estado Mayor Central (EMC) de las Farc es una de las reacciones después de que el alto Comisionado para la Paz, Otty Patiño, reconociera ayer (8 de abril) que esta disidencia está dividida y que su máximo cabecilla alias Iván Mordisco no tiene control sobre todos los frentes. La situación de este proceso se ve complicada porque, después de que el Gobierno suspendiera el cese el fuego en tres departamentos por incumplimientos esta organización, lanzó amenazas a la Fuerza Pública y la población civil.
Sin embargo, otros consideran que el Gobierno debe insistir en la mesa con las disidencias porque todo intento en pro de la paz vale la pena, y eso sí, desplegar la fuerza del Estado contra las facciones de esta organización que son ‘ruedas sueltas’ que insisten en ejercer violencia.
No obstante, expertos en el conflicto como Néstor Rosanía, director ejecutivo del Centro de Estudios en Seguridad y Paz, dijo que el conflicto hoy vive una fragmentación que hace pensar que así este Gobierno lograra un acuerdo de paz con el Estado Mayor Central, surgirían disidencias.
El Comisionado de Paz dijo a Semana -sobre las nuevas amenazas de las disidencias a la Fuerza Pública y la población civil-, que “es un hecho absolutamente condenatorio. Obedece, supongo, a las disidencias de ‘Iván Mordisco’ que no están en el cese al fuego, con las cuales, por atacar a la población, se suspendió la prórroga que existía. Hoy en el Caquetá perdieron la pelea, se quedaron aislados porque la mayoría de la gente de las Farc sí están no solamente respetando el cese al fuego sino con el deseo de avanzar hacia la paz”.
Agregó Patiño que “‘Iván Mordisco’ casi que quedó en este momento en el aire, él trató de unir a todos y no asistió al encuentro del Caquetá, pero creo que tampoco estaba el frente con el cual tiene, por así decirlo, mayor estabilidad, que es el Carolina Ramírez. Él quiso reunirlos a todos y no quedó ni en un lado ni en el otro. Ojalá, en el futuro próximo, él asuma esa posición de no estar en un lado o en otro, ojalá esté con los que en este momento están buscando la paz”.
El alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, se pronunció ante las intimidaciones de las disidencias este fin de semana. “La amenaza de las Farc a toda Colombia es muy grave. Anuncian atentados en contra de nuestra Policía y Fuerzas Militares en todo el territorio nacional. Este es el resultado de la complacencia con los criminales”.
Por las amenazas de las disidencias el Alcalde de Medellín citó a un consejo extraordinario de seguridad el pasado domingo, al final del cual el Mandatario distrital dijo que “nuestro respaldo absoluto a nuestra Policía y Fuerzas Militares”.
Mientras que el gobernador de Antioquia, Andrés Rendón, manifestó: “¿Qué espera el Gobierno nacional para soltarles las manos a nuestra Fuerza Pública, derogar el Decreto de cese al fuego, y combatir con determinación las amenazas al orden público? En Antioquia creemos en la paz como un propósito que se alcanza con seguridad y justicia, no contemporizando con el crimen. Haciendo que la ley se imponga en todos los rincones del país. Llevando oportunidades a los sitios más apartados”.
Cómo leen la situación
El senador Miguel Uribe Turbay, integrante de la Comisión de Paz, dijo a EL NUEVO SIGLO que “ninguna negociación con un grupo armado tiene la posibilidad de ser exitosa mientras el Gobierno renuncie a su responsabilidad de garantizar la seguridad de los colombianos, y un proceso de paz solo puede ser exitoso si por otro lado hay una política de seguridad que incentive a que los criminales dejen las armas y se sometan a la Ley”.
El congresista del Centro Democrático expresó que “no podemos normalizar la muerte de policías y mucho menos sacrificar la Fuerza Pública por cuenta de las organizaciones criminales. El presidente y su Gobierno deben entender que la prioridad para el Estado es proteger a los colombianos y desplegar todas las capacidades de la Fuerza Pública para garantizar la vida de los ciudadanos”.
El pasado 17 de marzo, el presidente Petro suspendió el cese el fuego con las disidencias para el caso del Cauca, Nariño y Valle, aunque sigue vigente hasta mediados de este año en el resto del país, debido a que una de sus facciones asesinó a una líder indígena y e hirió a dos integrantes de la guardia indígena en el primero de estos departamentos.
A partir de ello, el Ejército reactivó operaciones contra dicha organización en estos departamentos, con particular fuerza en Cauca. Sin embargo, el senador Uribe Turbay advirtió que “es muy importante que en el Cauca y todo el país, las Fuerzas Armadas reanuden operaciones y ejerzan una política seria de seguridad. Hoy lo que estamos viendo es que ante el esfuerzo de algunos comandantes de contrarrestar a las Farc o en su defecto a cualquier organización criminal, el Presidente lo que hace es que los amarra de manos y pies evitando que tengan la posibilidad de dar estos combates”.
Mientras que Eduardo Pizarro Leongómez, académico y expresidente de la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación, dijo a este Diario que "deben detenerse ya y deben replantear a fondo el modelo. El modelo está echando agua por todos los costados, y esto puede terminar no solamente en no lograr los objetivos de la paz sino agravando el conflicto armado interno. Ya no se trata de pequeñas jugadas de un peón, sino que se trata de volver a definir cómo moverse en el tablero de la paz”.
Agregó Pizarro que "al interior de las Farc, Estado Mayor Central, se mueven personas que todavía tienen un leve barniz político, pero una enorme cantidad de excomandantes medianos que están ligados a las rentas criminales. Entonces la fractura interna está dada por los desiguales niveles de politización".
El académico considera que "hoy más que negociación de paz, lo que el país requiere es un fortalecimiento de la Fuerza Pública, un debilitamiento de las rentas ilegales y una mayor presencia del Estado en todas las regiones. Es decir, la prioridad hoy debería ser la presencia del Estado integral en las regiones, más que negociaciones de paz que están conduciendo a resultados muy precarios” ...
Néstor Rosanía sobre la mesa con el Estado Mayor Central dijo que "se debe seguir porque finalmente intentar desactivar cualquier máquina de guerra hay que hacerlo”.
Añadió que “estamos hablando de un conflicto de alta fragmentación, que es lo que hay en Colombia después de los acuerdos con las Farc. Estamos en una transición de que se acaben esos grupos armados grandes estructurales, jerárquicos, piramidales y, ahora hay como una explosión. Y ya estamos hablando de segundas y terceras generaciones de la disidencia. Y es un proceso que va a ser continuo, así se llegara a la firma de un acuerdo con estas disidencias, aparecerá la segunda generación o tercera, entonces esto se va a volver un tema cíclico".
Rosanía puntualizó que la causa de que se multipliquen los grupos armados ni siquiera ya es el narcotráfico y cocaína, "sino que estos grupos nuevos tienen portafolios de economía ilegal y casi que están previendo un escenario futuro de una caída de la cocaína frente al fentanilo. Y ya tienen diferentes fuentes de ingresos: minería ilegal, tráfico ilegal de maderas, cocaína, combustible, contrabando extorsión”.