Efecto de aspersiones aéreas con glifosato sobre cultivos ilícitos es bajo: Mejía | El Nuevo Siglo
Lunes, 10 de Noviembre de 2014

Investigador de los Andes dijo que el año pasado las fumigaciones cayeron 50%   

El impacto de las fumigaciones aéreas con glifosato sobre los cultivos de coca en Colombia es muy bajo, al punto que para eliminar una hectárea hay que fumigar cerca de 32 hectáreas.

Así lo señaló Daniel  Mejía Londoño, director del Centro de Estudios sobre Seguridad y Drogas (Cesed) de la Universidad de los Andes.

EL NUEVO SIGLO: ¿Adelanta el Cesed alguna investigación sobre el fenómeno de las drogas en Colombia?

DANIEL  MEJÍA LONDOÑO: Las más recientes son sobre las aspersiones con glifosato en Colombia. Son dos investigaciones y una revisión de la literatura académica existente sobre ese tema, y básicamente nos enfocamos primero en los efectos directos de las aspersiones con glifosato sobre los cultivos ilícitos, es decir, qué tan efectivas son las aspersiones en reducir los cultivos de coca, y lo que encontramos en esas investigaciones es que prácticamente todos los trabajos académicos que hay sobre el tema muestran que las aspersiones no tienen ningún efecto o que el efecto es muy pequeño.

El trabajo que nosotros hicimos lo que muestra es que sí tienen un efecto, pero es más o menos de un 4%. Lo que eso quiere decir es que por cada hectárea que se fumiga con glifosato, el número de hectáreas cultivadas cae en más o menos 0,4 hectáreas. Que en palabras más sencillas eso quiere decir que para eliminar una hectárea con coca usando aspersiones con glifosato hay que fumigar más o menos 32 hectáreas, y el costo de esto es básicamente 57.800 dólares.

ENS: ¿Entonces es más efectiva la erradicación manual?

DML: Sobre erradicación manual no hay ninguna evidencia positiva ni negativa, simplemente no hay estudios. No es que no funciona ni sí funciona sino que sabemos muy poco; lo que sí se sabe es que la erradicación manual ha resultado bastante costosa en términos de vidas de erradicadores, ha habido muchos que quedan mutilados, que quedan sin piernas, sin brazos por las minas y los artefactos explosivos que siembran las Farc en los cultivos de coca.

Lo que nosotros también hemos evaluado es la política de interdicción, es decir, la detección y destrucción de los laboratorios, de los cristalizaderos para el procesamiento de cocaína y las incautaciones de cocaína, ya el producto final en ruta al exterior. Esa política de interdicción parece mucho más efectiva en eliminar los cultivos ilícitos y menos costosa también.

Eso por el lado de la efectividad de las aspersiones, digamos, los efectos intencionados de las aspersiones, que es eliminar los cultivos de coca, y en resumen son muy poco efectivas. Luego nos preocupamos por los costos colaterales, y la literatura académica ha identificado un costo sobre el medio ambiente, y lo que más se ha documentado es cuando el glifosato toca fuentes de agua y perjudica o afecta a la población de anfibios, pérdida de confianza en las instituciones del Estado, y ahí hay bastante literatura mostrando que las zonas que están expuestas a las aspersiones con glifosato tienden en confiar mucho menos en las instituciones del Estado, especialmente en la Policía Nacional, que es un efecto que puede no sonar tan grave, pero puede ser delicado.

Y el tercero en que nos enfocamos más recientemente son los efectos sobre la salud humana en las poblaciones rurales que están expuestas a las aspersiones con glifosato. Y ahí lo que encontramos con una base de datos muy grande, con más de 50 millones de observaciones, es que las aspersiones con glifosato aumentan la probabilidad de estas poblaciones de sufrir enfermedades dermatológicas y abortos no intencionados. 

ENS: ¿La baja efectividad de las aspersiones podría explicar que se mantuvieran en 48 mil las hectáreas de coca en Colombia en el año 2013 respecto a 2012?

DML: No solo eso, una cosa que pasó el año anterior es que las Farc dispararon a uno de estos aviones y mataron a un piloto americano e hirieron a otro en el pie, eso fue más o menos en septiembre, y la Embajada americana y la Policía Antinarcóticos decidieron detener las aspersiones completamente como hasta febrero de este año. La aspersión el año pasado bajó en un 50%, bajó en más o menos 100 mil hectáreas fumigadas con glifosato, y nada pasó con los cultivos de coca, que se mantuvieron en el  mismo nivel que tenían en el 2012.

Cualquier defensor de la aspersión hubiera dicho ‘pilas que si se detiene la aspersión se nos disparan los cultivos de coca’, pero nada pasó con los cultivos de coca. Esa es una muestra más, un poco menos rigurosa, de que la aspersión no tiene ningún efecto sobre los cultivos.

Amapola

El experto consideró que es poca la posibilidad de que crezcan los cultivos de amapola en Colombia “porque no tiene una ventaja comparativa en la producción de heroína. El mercado norteamericano está dividido, muy estable entre Centroamérica, Colombia y México. Colombia tiene una proporción normalita, pero el consumo de heroína no está en aumento, los cultivos de amapola son muy pequeños. No veo un riesgo grande”.