Aunque las tasas de interés siguen subiendo como así lo determinó el Banco de la República en su última reunión dejándola en 13%, se cree que ya desde este trimestre la inflación comenzará a bajar desde la tasa anual de 13,28% que registró en febrero.
En las cuentas del ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, si aparece que el costo de vida va a ceder. Al respecto dijo la semana pasada que “la inflación de alimentos ya lleva dos meses a la baja y uno de los efectos más positivos que ha tenido es que la inflación para hogares pobres, de bajos ingresos, ya lleva también dos meses de reducción”.
Por ejemplo, en el primer mes del año, Colombia se ubicó como el séptimo país del mundo con la cifra más alta de inflación en la categoría de alimentos y bebidas no alcohólicas (26,2%), y el primero entre los países americanos.
El ministro sostuvo que “la economía comenzó a desacelerarse por factores como la crisis internacional que se ha venido extendiendo, asimismo, el efecto de las medidas de ajuste y de la inflación que ha tenido efectos negativos sobre la actividad económica asociadas con las altas tasas de interés. El mes de enero fue positivo de acuerdo con las cifras del Dane y yo creo que el comienzo de año va a seguir teniendo efectos de desaceleración, pero tengo la esperanza que avancemos en reducción la inflación y el déficit fiscal", explicó el ministro Ocampo.
Actualmente, la tasa anual de inflación en Colombia llegó a 13,28%, una cifra que desde marzo de 1999 no se veía, es decir desde hace 24 años.
Será gradual
De otro lado, en términos de bienes y servicios, los expertos de BBVA Research estiman una reducción gradual de la inflación total, que cerró 2022 en 13,1%, pero estiman que, para el cierre de este año, se ubicará en 9% y continuará cediendo terreno hasta llegar a un 5% en 2024.
Lo anterior será impulsado por una fuerte caída en la inflación de alimentos, la cual pasará de 27,8% en diciembre de 2022 a 7,6% en el mismo mes de 2023.
Sobre este último fenómeno, Juana Téllez, economista jefe de BBVA Research, afirmó que “lo que veremos será algo similar a la tendencia mundial, se prevé que la inflación descienda gradualmente a medida que disminuyan los choques de oferta y se debilite la demanda, pero la persistencia de la inflación básica y la solidez de los mercados laborales obligarán a los bancos centrales a tener tipos de interés oficiales más altos de lo previsto y a no recortarlos antes de 2024″.
Como ya lo dejaba entrever la experta de BBVA Research, el Banco de la República estaría próximo a terminar su ciclo de incrementos luego de la reunión de esta semana.
Así las cosas, conforme la inflación vaya cayendo paulatinamente y se tenga un menor ritmo de crecimiento, la reducción en las tasas de interés se mantendrá
De igual manera, la encuesta de expectativas del Banco de la República prevé que la inflación mensual de marzo sea del 0,99%.
Correcciones
Por su parte, los analistas de Corficolombiana, Julio César Romero, Laura Daniela Parra, señalaron que “de acuerdo con nuestras estimaciones, la inflación anual alcanzó su máximo en febrero de 2023, gracias a una corrección más intensa y anticipada de lo previsto en los precios de los alimentos y en medio de una fuerte indexación en arriendos y servicios de educación (aunque levemente menor a lo previsto)”.
Aseguran que “en adelante, la inflación de servicios y regulados continuará al alza, alcanzando sus niveles máximos en el segundo trimestre de este año, lo cual impediría una corrección más importante de los precios en el primer semestre, impulsada por la menor inflación de los alimentos. Posteriormente, iniciará una disminución más evidente en el segundo semestre, interrumpida momentáneamente por el establecimiento de impuestos saludables a partir de noviembre. Así, estimamos que la inflación anual se ubicaría, en promedio, en 10,77% durante la segunda parte del año, con un cierre de 9,78%”.
Estiman que para marzo el resultado sería de 0,93%, con lo cual la inflación anual disminuiría a 13,21%. En contraste, la inflación básica (bienes y servicios sin alimentos ni regulados) continuaría su tendencia al alza hacia un nuevo máximo histórico de 10,06%, reflejando una fuerte inercia de la presión en servicios.
El Emisor
De otro lado, en el informe al Congreso del Banco de la República, los directivos señalaron que, durante los primeros dos meses de 2023, la inflación anual al consumidor se mantuvo en niveles superiores al 13%, sostenida por ajustes crecientes en la inflación básica, en particular de la de servicios, a pesar de un descenso en el ritmo de ajuste en los precios de los alimentos y del resto de bienes.
Sostienen que “para el resto del año se espera un descenso de la inflación, de la mano de cada vez menores ajustes en los precios de los alimentos en la medida que se diluyan las presiones de costos externos y se superen los choques de oferta por clima y por los bloqueos viales de años anteriores, así como de la desaceleración observada recientemente del índice del productor”.
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Indican que “la disminución de la inflación contribuirá el ajuste acumulado de la tasa de interés de política, que en 2023 debería ubicarse en el nivel requerido para moderar la demanda interna a niveles acordes con la capacidad productiva de la economía y frenar el aumento de las expectativas de inflación. No obstante, el proceso de reducción de la inflación será gradual y su convergencia a la meta se extenderá más allá de 2023. Factores como la indexación y la depreciación acumulada de la tasa de cambio seguirán ejerciendo presiones alcistas por varios trimestres sobre diferentes segmentos del IPC, como los servicios y los regulados, mientras que la transmisión de la política monetaria a la actividad económica y a los precios operará con su rezago usual”.
Asimismo el informe precisa que “el descenso previsto de la inflación en 2023 obedecerá, entre otros factores, a las menores presiones de costos externos por cuenta de la progresiva normalización de las cadenas de suministro, a la superación de los choques de oferta por razones de clima y por los bloqueos viales de años anteriores, lo que se reflejará en menores ajustes en los precios de los alimentos, como ya se observó en los primeros dos meses del año y, por supuesto, al efecto rezagado de la política monetaria”.
Precisan los directivos que “el proceso de convergencia de la inflación a la meta será gradual y se extenderá más allá de 2023. Dicho proceso se facilitará si se revierten las presiones a la devaluación, para lo cual resulta esencial que se continúe consolidando la sostenibilidad fiscal y se eviten mensajes en diferentes frentes de la política pública que generan incertidumbre y desconfianza”.
El rumbo de los intereses
Desde septiembre de 2021 el Banco de la República viene incrementando la tasa de política monetaria. Desde finales de 2021 la inflación se incrementó y empezó a alejarse de la meta, afectada por los bloqueos viales de mayo de 2021 y sus efectos negativos sobre las cadenas productivas, por el retiro de algunos alivios dados durante la pandemia, y por los fuertes choques de costos externos ya mencionados.
La aceleración de la inflación se reforzó por la depreciación acumulada del peso y su traspaso a los precios internos, y por una indexación de precios a tasas de inflación más elevadas. Con este entorno, durante 2022 la inflación, su pronóstico y expectativas aumentaron y se alejaron del 3%, y se incrementó el riesgo de que un proceso de indexación generalizado se acentuara y distanciara aún más la inflación de la meta. Por todo lo anterior, durante 2022 y lo corrido de 2023 la Junta continuó con el proceso de ajuste de la política monetaria e incrementó los intereses en varias ocasiones: desde el 3% en diciembre de 2021 al 13% en marzo de 2023, es decir que, en 14 meses, ha subido 10% el costo del dinero que el Emisor cobra al sistema financiero.