EL NUEVO SIGLO: Con el triunfo de Donald Trump, ¿cómo ve el futuro de la relación entre Colombia y Estados Unidos?
JUAN CARLOS PINZÓN: Lo primero es que habrá presión en temas como la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado, y en lo que han denominado “paz total”. Y preocupa el hecho de que se sostengan los recursos que a Colombia cada año le han venido aprobando por parte del Congreso y el Departamento de Estado.
La administración Trump, a quien ya conocemos, es bastante transaccional y seguramente va a exigir resultados tangibles y avances concretos. Es posible que, precisamente, traten de señalar que Colombia no está haciendo lo necesario para confrontar ese crimen y esto no solo está teniendo efectos en cuanto a la seguridad y la tranquilidad de los colombianos, sino también a lo largo del continente. Entonces, ese es un tema que va a salir.
El otro es el de la migración, porque en Estados Unidos se ha ido creando la sensación de que, más allá del asunto migratorio, a través de este han entrado a ese país organizaciones criminales como el ‘Tren de Aragua’ y otras, que están afectando la seguridad de las mismas ciudades norteamericanas. Este tal vez fue uno de los temas que motivaron la elección de Trump.
ENS: ¿Qué otros factores podrían darse en el nuevo plano de relaciones bilaterales?
JCP: En otro frente está el tema del comercio, donde me preocupa que hay mucho proteccionismo en este momento en Estados Unidos y que eso, si Colombia no lo maneja bien, pueda resultar en efectos negativos para el país. Pero, por otro lado, hay oportunidades, porque empresarios como Elon Musk, Jeff Bezos y otros tantos van a tener mucha influencia en lo que tiene que ver con los nuevos temas de tecnología. Así que ahí puede haber una oportunidad para que Colombia se sume a las cadenas de valor de semiconductores y de proyectos de transición energética y de minerales; en fin... Pero eso requiere mucho pragmatismo y mucha claridad de cómo sacar adelante estos proyectos.
Así que, en resumen, veo presión y veo que Colombia no se puede equivocar en esto.
ENS: Ese flanco comercial es clave…
JCP: Para Colombia la relación es estratégica. Estados Unidos es el primer socio comercial, el primer socio de inversión y el primer país que trae turistas al país. Es el sitio donde más colombianos en el exterior hay y el país con el que tenemos la relación estratégica más importante. Entonces, es deber del gobierno colombiano no dejar dañar esto que les conviene a los colombianos. Más allá de la ideología o del ego individual del gobernante, aquí lo que importa es el país.
ENS: ¿En la política antidrogas cuál debe ser la estrategia de Colombia?
JCP: Creo que hay una crítica muy grande porque hoy el país tiene casi 253.000 hectáreas de coca y una producción de más de 2.600 toneladas métricas de cocaína. Tan solo incauta el 28 o 29 % de lo que se produce, con lo cual hay un problema que se ha expandido en Centroamérica, México, Ecuador y Sudamérica en general. En Estados Unidos, a pesar de que el fentanilo es lo que más se consume, la cocaína sigue siendo un producto que mantiene el mismo nivel de consumo que en los últimos años, por ello ahí habrá mucha presión, incluso desde el Congreso. Hay recordar que Trump no solo va a tener el Ejecutivo, sino incluso el Senado y la Cámara, y allí habrá mucho cuestionamiento en torno a que Colombia haga lo necesario. Y es sobre esa base que, además, nos entregan los recursos, que si bien es cierto vienen bajando en el último año y medio –cerca de 60 millones de dólares se han perdido–, también hay que decir que ese monto podría bajar más y quienes se perjudican son la Policía, las Fuerzas Militares, los programas sociales y, en últimas, el prestigio del país, sobre todo los colombianos. Me refiero al ciudadano y al empresario al que le conviene tanto tener buena relación con Estados Unidos, una relación que nos sirve para todo, tanto a los que están en Colombia, por los temas de inversión y empleo, como a los que están en Estados Unidos, porque también tienen muchos intereses y mucho que hacer en ese país.
Crisis de orden público
ENS: Pasando al tema de seguridad, ¿el hecho de que Colombia haya reformado los Comandos Conjuntos Operacionales qué significa?
JCP: Uno tiene la impresión de que ahí empezaron a dar un reversazo sobre lo que habían anunciado originalmente, pero el resumen es: lo conjunto importa porque es la posibilidad de sumar todas las capacidades y hoy el país sigue teniendo unos retos tremendos en seguridad; se han venido reduciendo las capacidades de las Fuerzas Militares en general y de la Policía; y hay que asegurarse más bien de que esas capacidades se fortalezcan, se recuperen; que haya los helicópteros necesarios, el número de hombres necesarios, los recursos necesarios y políticas sociales en esas regiones para poder imponerse sobre la criminalidad y darle protección a la población.
Entonces, al desarticular este tipo de estructuras conjuntas, se debilita, aún más de lo que ya se viene debilitando, la seguridad de esas regiones y la seguridad de los colombianos.
ENS: ¿El gobierno Petro va a entregar una Fuerza Pública diezmada?
JCP: Pues se ha venido debilitando desde hace varios años a las Fuerzas Militares y de Policía, tanto en pie de fuerza como en equipos y presupuesto como porcentaje del PIB. Por supuesto, esto es algo que hay que mirar, porque es que cuando eso ocurre no es un tema solamente, llamémoslo, de política pública, es un tema de la tranquilidad, de la seguridad de los colombianos, de sus oportunidades para que haya negocios, para que puedan prosperar, que no los extorsionen, que no los persigan. Entonces, esto siempre tiene que seguir siendo una prioridad para el país. Es indudable que la aproximación de tratar de darles tanta importancia y tanta impunidad a los criminales, lo único que está haciendo es poniendo más colombianos en peligro y dejando más territorios expuestos.
ENS: ¿Por qué se dice que no tiene éxito la política de “paz total”?
JCP: Porque es un modelo donde lo único que se hace es incentivar a quienes cometieron graves delitos, en lugar de incentivar y proteger a los colombianos, que son la gran mayoría, los millones y millones que trabajan, estudian y están tratando de salir adelante. Eso en sí mismo genera una contradicción y por supuesto que la criminalidad trata de sacar ventaja y en el fondo se va burlando de los colombianos. Y en ese modelo, las Fuerzas Armadas quedan confundidas, no tienen las capacidades necesarias y el que paga los platos rotos al final es el ciudadano de a pie en distintas regiones.
ENS: ¿Qué amenazas ve de cara al último tramo de este gobierno?
JCP: Creo que es muy importante que nuestras instituciones, las cortes y el Congreso mantengan su independencia. Eso es vital, porque es la esencia de la democracia. Lo más importante es que mantengamos la democracia.
Segundo, que se empiece a responder frente a esa criminalidad que hoy tiene recursos ilimitados por cuenta de la mayor producción de cocaína y de oro ilegal en la historia, lo que permite que haya atomización criminal y toma de territorios. Y eso se siente en las ciudades. Hoy, Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla, Bucaramanga, Cartagena y Manizales, entre otras, de una u otra manera empiezan a sentirse golpeadas por hechos que se originan precisamente allá en los territorios donde se produce toda esa criminalidad.
El tema venezolano
ENS: ¿Cómo analiza la posición de Colombia ante Venezuela?
JCP: El tema de Venezuela es vital. Creo que el gobierno actual de Colombia ha sido muy, si se quiere, el de la vista gorda con el fraude en Venezuela y le ha dado mucho juego a Maduro. Una cosa es que haya afinidad ideológica entre el gobierno, o mejor entre los dos presidentes, Petro y Maduro, pero otra es que por andar en esas se perjudiquen los intereses de Colombia.