El presidente Barack Obama dijo que las pérdidas de territorio en Irak frente al grupo Estado Islámico (EI) son un retroceso, pero insistió en que la guerra contra la organización yihadista no se está perdiendo.
"No pienso que estemos perdiendo", señaló Obama en una entrevista con la revista The Atlantic publicada ayer , tras la pérdida de la ciudad iraquí de Ramadi.
"Hubo un revés táctico, eso es indiscutible, aunque Ramadi era vulnerable desde hace largo tiempo", precisó el mandatario, aludiendo a la caída el domingo de la capital de la provincia iraquí de Al-Anbar en manos de los yihadistas sunitas ultrarradicales.
La entrevista realizada el martes aparece publicada el día en que el grupo Estado Islámico se apoderó de la ciudad de Palmira en Siria, otra victoria significativa que le permite ampliar su zona de influencia a uno y otro lado de la frontera sirio-iraquí.
"El EI ha sido considerablemente debilitado en todo el país", dijo sin embargo Obama, destacando "progresos significativos en el norte y en las regiones donde los Peshmergas (fuerzas kurdas) participan".
En las zonas de predominio chiíta "no hay avances del EI", explicó el presidente.
"El entrenamiento de las fuerzas de seguridad iraquíes (...) no va lo suficientemente rápido en Al-Anbar", admitió Obama, confirmando que desea reforzar los esfuerzos estadounidenses en esa región.
Al apoderarse de Palmira, ciudad que cuenta con más de 2.000 años de antigüedad y un verdadero cruce de caminos que lleva al gran desierto sirio fronterizo con Irak, el grupo EI domina la mitad del territorio de Siria y amenaza a Homs, la tercera ciudad del país.
Pese a una campaña aérea lanzada desde el verano boreal de 2014 por la coalición internacional dirigida por Estados Unidos para ayudar al gobierno de Irak y a los rebeldes en Siria a contener el avance del EI, el grupo yihadista consiguió tomar las ciudades de Palmira y Ramadi en ocho días/AFP