Si bien es cierto que hay alertas prendidas en la capital del país en torno al aumento de los homicidios en lo corrido del año, debe entenderse que la mejor manera de contrarrestar esta grave circunstancia es en el marco de una estrategia integral de seguridad y convivencia ciudadana.

No se puede perder de vista las distintas causas y factores determinantes que hay detrás de los homicidios. Algunos se generan por riñas e intolerancia. Otros son consecuencia de robos y otros por acciones delincuenciales en donde las víctimas terminan perdiendo la vida. A estos se suman los casos de sicariato e incluso las muertes violentas producidas por los llamados “ajustes de cuentas” entre facciones criminales.

En ese marco, resulta adecuado el plan para frenar los homicidios que piensa implementar en la capital del país el nuevo comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá, Giovanni Cristancho Zambrano. Según lo explicó en entrevista con este Diario, del total de asesinatos registrados el año pasado un 90% estuvieron relacionados con acciones de sicariato e intolerancia. A ello se suma que un 64% de las víctimas registraba alguna relación con el delito, desde comportamientos contrarios a la convivencia hasta anotaciones judiciales y órdenes de capturas vigentes.

En ese orden de ideas, el general Cristancho Zambrano delineó las cinco estrategias puntuales: un trabajo más eficaz en prevención social, mayor énfasis en inteligencia y análisis del crimen, mejorar la coordinación interinstitucional, fomentar la participación de la comunidad en la identificación de problemas de seguridad y redoblar los esfuerzos en cuanto a políticas de control de armas.

Obviamente, este plan de choque se enmarca dentro de una política de seguridad amplia e integral, dirigida no solo a combatir los delitos de alto impacto, sino a disminuir los niveles de conflictividad de la ciudadanía. Solo así se podrán frenar los índices de criminalidad y de victimización de los capitalinos.