La religión católica no solo continúa siendo la mayoritaria en nuestro país, sino que la Iglesia es una de las instituciones de mayor credibilidad y convocatoria a través de las décadas.
De ahí la importancia del llamado a cerrar este 2024 con un corazón agradecido y abrir el 2025 bajo la perspectiva de un tiempo de gracia especial, el Jubileo Ordinario convocado por el papa Francisco, que hizo monseñor Francisco Javier Múnera Correa, arzobispo de Cartagena y presidente de la Conferencia Episcopal de nuestro país.
El alto prelado señaló que el año que comienza será crucial para Colombia y estará marcado por grandes desafíos sociales y políticos. En ese orden de ideas, el Jubileo de la Esperanza es una oportunidad para que los colombianos renueven su compromiso con los valores del Evangelio.
“Los invito a no desfallecer en el cuidado de nuestros niños, jóvenes y abuelos, a tender la mano a los migrantes, a los enfermos y a quienes son excluidos. Juntos, con fe y esperanza, construiremos un país reconciliado y lleno de vida”, sostuvo el alto jerarca.
Consciente de la difícil situación que atraviesa el país, el presidente del Episcopado también hizo un llamado especial a los colombianos a no dejarse vencer por la desesperanza ni por las divisiones. “Recordemos las palabras del Santo Padre en su visita a Colombia en 2017: No se dejen robar la esperanza, no se dejen robar la alegría. Que este Jubileo sea un tiempo propicio para fortalecer nuestras familias, apoyar a los más vulnerables y comprometernos con la búsqueda de la paz y la justicia”, explicó Múnera.
El alto prelado recalcó que la paz es uno de los grandes anhelos de la nación y que se requieren gestos concretos de conciliación, especialmente en un país cruzado por la guerra: No perdamos la esperanza en el camino que recorremos para alcanzarla.