Candente estará mañana la reunión de bancada del partido de La U, en donde se sabe que continuarán las protestas de muchos senadores y representantes por el tema burocrático. En el alto gobierno ya se considera como preocupante esta constante insatisfacción de la colectividad y para calmar las aguas se harían algunos movimientos en altos cargos para designar allí a personas cercanas al “partido de gobierno”. Sin embargo un senador de esa colectividad dijo que el problema, en realidad, no era que La U tuviera pocas cuotas de poder, sino que las que hay están concentradas en algunos pocos congresistas y dirigentes, por lo que a los restantes los tienen “chupando rueda”.

Coalición ardiente

Un senador conservador le dijo a un periodista de EL NUEVO SIGLO que no entendía por qué algunos de sus colegas de bancadas seguían insistiendo en que el Partido debía acelerar su reingreso a la coalición de Unidad Nacional. “…Como así que vamos a ingresar a ese campo minado,  allá están agarrados todos con todos… Es como cuando a uno lo invitan a ingresar en una casa en llamas… El problema no es si estamos o no con el Gobierno, porque lo estamos… El problema es que para que peleamos por ingresar a una coalición que se está derrumbado”, dijo el congresista, cuyo nombre se omite por el tono informal  de la conversación con el periodista.

Demanda a la vista

El uribismo tiene agendados no pocos debates de control político al Gobierno. Uno de ellos referido a la crisis por el bloqueo fronterizo con Venezuela y los resultados del estado de emergencia económica social y ambiental, que se decretó en septiembre para hacerle frente a las consecuencias del cierre limítrofe ordenado por el gobierno Maduro. Según una fuente del Centro Democrático, un grupo de industriales y transportadores estaría preparando una demanda contra la Nación por una multimillonaria suma alegando que la ineficiencia del Gobierno para solucionar el bloqueo o, por lo menos, lograr  de Venezuela un resarcimiento económico a los daños causados en materia de comercio, bienes y parque automotor congelados, les causó un grave perjuicio por el que debe responder el Estado colombiano.

Un año y contando…

Hace un año, por estas fechas, toda la atención nacional estaba concentrada en el anuncio de la Mesa de Negociación de La Habana en torno al acuerdo para iniciar un proceso piloto de desminado en el que habría participación directa de guerrilleros, cuya tarea consistía en señalar en determinada área en dónde estaban sembrados estos artefactos, que luego expertos de la Dirección de Acción contra la Minas y de la ONG Acción Popular Noruega empezarían a desactivar. Doce meses después el balance de este piloto es, según analistas, regular puesto que solo se han realizado dos operaciones, la primera, ya terminada, en el corregimiento del Orejón, zona rural de Briceño (Antioquia). Allí se extrajeron un poco más de una treintena de minas. Y la segunda, en curso, en un sector rural de Caquetá.