La salud de la coalición de Unidad Nacional está “a medias”. Al menos esa fue la respuesta que dio uno de los senadores más influyentes de La U al ser consultado sobre cómo estaba la alianza parlamentaria pasado ya un poco el ‘guayabo’ dejado por los resultados electorales del 25 de octubre. “… Nosotros lo que vemos es que bajó un poco la quisquillosidad en los tres partidos, pero hay heridas profundas que no sólo será difícil que cicatricen, sino que esto duraría tanto tiempo que muy seguramente se cruzará ese proceso con la contienda presidencial”, dijo el congresista en charla informal con un periodista de EL NUEVO SIGLO. Agregó que la alianza que muchos medios y analistas están viendo entre liberales y La U para hacerle contrapeso a Cambio Radical no es tan evidente ni real como la están mostrando. “… Una vez La U encuentre candidato presidencial viable, que hoy no tiene, a diferencia de Cambio y nosotros (el liberalismo), aquí cada quien se irá por su lado”, precisó el parlamentario.
¿Y Naranjo?
Las especulaciones en torno de la suerte del general (r.) Óscar Naranjo, integrante del equipo negociador del Gobierno en la Mesa de Conversaciones en La Habana, y ahora saliente Ministro Consejero del Posconflicto, están a la orden del día en los corrillos políticos. Hay observadores y dirigentes políticos que sostienen que Naranjo estaría considerando que ya está llegando el fin de su ciclo como negociador y podría dar un paso al costado más temprano que tarde. Otros, por el contrario, argumentan que estando ya la Mesa analizando los temas del cese el fuego, desarme y desmovilización, es precisamente cuando la experiencia de Naranjo y del general (r.) Jorge Mora Rangel se vuelve superlativa, por lo que la idea del Gobierno es que ambos, junto al equipo de cinco generales activos y un almirante que hacen parte de la subcomisión para el fin del conflicto armado, se concentren en alcanzar el difícil acuerdo al respecto. Y una tercera hipótesis se dirige a que Naranjo estaría pensando que su momentum político podría estar pasando y que debe volverse a activar para definir su futuro de cara a la próxima contienda por la Casa de Nariño.
Difícil acuerdo
“Diez a uno al decreto”. Esa fue la respuesta que uno de los principales dirigentes empresariales les dio a varios periodistas cuando charlaban informalmente antes de una rueda de prensa días atrás, en donde anunció una movida económica muy alta de su empresa. Al ser interrogado sobre cuánto podría llegar a aumentar el salario mínimo para 2016 y si sería posible que esta vez la Mesa de Concertación Salarial alcance un consenso sobre el incremento, el dirigente dijo que “veía muy difícil” que se pusieran de acuerdo empresarios, sindicatos y gobierno. Agregó que podía apostar “diez a uno” a que el aumento se fijaría por la vía del decreto y que el porcentaje de reajuste en la remuneración mínima no pasaría del 7 por ciento como máximo, y eso tomando riesgos muy altos en materia de impacto sobre los costos de la nómina y el efecto inflacionario a corto y mediano plazos.