A propósito del nuevo proyecto sobre Senado regional que presentó el liberalismo, en los pasillos del Congreso se asegura que ese partido le ganó de mano a La U, que por intermedio del representante a la Cámara, Jaime Buenahora, había anunciado semanas atrás que presentaría un acto legislativo en ese sentido. La propuesta de Buenahora, publicada en su momento por EL NUEVO SIGLO, establece que, sin ampliar el número de escaños, hacer un traslado de curules de la Cámara al Senado, con base en lo siguiente: en los departamentos que no tengan senador, el “primero en votos en la Cámara de Representantes, llámese departamentos como Quindío, el caso de La Guajira, del Chocó, o en los departamentos que solo tienen dos representantes -Vichada, Arauca, Amazonas, Putumayo- el primero en votos en la Cámara pasaría a ser senador. Es decir, al final se trasladarían unas 10 o 12 curules de la Cámara al Senado. Lo que significa es que la Cámara baja de 165 curules a 155 o 154, y el Senado subiría de 102 a 112, según las circunstancias y los números”.

¿Algún cambio?

Y siguiendo con este tema, uno de los ponentes de la reforma de equilibrio de poderes, que contenía la propuesta de Senado regional, artículo que terminó hundiéndose en séptimo debate en junio pasado, le dijo a un periodista de este diario lo siguiente, tras ser consultado sobre el nuevo proyecto del liberalismo al respecto: “Mire, antes que entrar a evaluar si la iniciativa es buena o mala, lo que debemos preguntarnos es por qué se hundió la propuesta que venía en equilibrio de poderes, que no sólo superó la mayoría del trámite sino que, me consta, en la Casa de Nariño los voceros de la Unidad Nacional se comprometieron varias veces con el presidente Santos a apoyarla… Si usted me pregunta qué pasó, le puedo decir que ganó el cálculo político de todos los partidos, pequeños y grandes, gubernamentales y de oposición, sobre todo en la Cámara. Y le agregó: ¿si hace dos meses pasó eso, ha cambiado algo el mapa político o electoral desde entonces? Yo creo que no”, precisó el senador, que pidió la reserva de su nombre.

Tutelatón a la vista

Siguen los ecos a lo que fue la exitosa realización de Rock al Parque el pasado fin de semana en Bogotá. Todos los comentarios coinciden en que fue una de las mejores versiones de los últimos años y que incluso la apuesta de combinar varios géneros roqueros al final dio un resultado positivo. Sin embargo, no todo es color de rosa. Los habitantes de los barrios circundantes al parque Simón Bolívar y a la Media Torta, los dos escenarios del festival musical gratuito más grande de Latinoamérica, preparan la que será la ofensiva judicial más dura contra Rock al Parque, con el objetivo de forzar a las autoridades a que eviten que esos barrios se vean afectados por los miles de jóvenes que los invaden durante la realización del evento. Según los moradores, los asistentes se parquean en sus calles, alteran la tranquilidad ciudadana, se emborrachan, consumen drogas, pelean e incluso hacen sus necesidades fisiológicas en los parques y esquinas. Hasta aumentan los casos de robos.