A raíz de las versiones de prensa que se conocieron la semana pasada, según las cuales en la Corte Constitucional habría mayorías de seis a tres entre los magistrados a favor de declarar inexequible toda la Ley de Financiamiento que aprobó el Congreso en diciembre pasado como salvavidas fiscal para el gobierno Duque, se sabe que en el alto Tribunal saltaron las alarmas. Para varios de los juristas, ya se trate de filtraciones o de especulaciones, la incertidumbre que se está creando alrededor de la suerte de esa reforma tributaria y sobre lo que pasaría con la coyuntura fiscal y el escenario de recuperación económica si llega a caerse total o parcialmente, es absolutamente inconveniente para el país y para la propia imagen y credibilidad de la Corte. Por lo mismo, se habría tomado la decisión de acelerar, en la medida de lo posible, el fallo sobre la Ley de Financiamiento y extremar los controles para que los sentidos y contenidos de las ponencias no se filtren a la prensa.

Alta presión

También resulta claro que en la Corte, que está pendiente de que le entreguen una serie de estudios que encargó para establecer los impactos fiscales, viabilidad y alcance de varios de los artículos que hacen parte de la Ley de Financiamiento, hacen mella los pronunciamientos de la última semana. De un lado, el presidente Iván Duque volvió a salir en defensa de su reforma impositiva, afirmando que “la Ley de Financiamiento ha sido muy beneficiosa para el país. Es la primera vez que una ley hace una reforma fiscal donde le baja la carga a las micro, pequeña, mediana y gran empresa. Pero, además, recauda más cobrándole a las personas que realmente tienen un ingreso muy por encima al de todos los colombianos”. A su turno la ANDI, el gremio más poderoso del país, envió una carta a la Corte advirtiendo que “una eventual caída de la Ley de Financiamiento sería extremadamente grave para la economía. Además de ser un importante golpe a la certidumbre jurídica con que deben contar los agentes de los mercados, pondría en graves apuros el financiamiento del Estado”.

Plan de cierre

En la administración del alcalde Enrique Peñalosa hay un creciente optimismo frente a lo que se pueda terminar de hacer en estos tres meses largos que restan de gestión. Según conoció un periodista de EL NUEVO SIGLO la Administración distrital trazó un plan en donde está delineado, punto por punto, lo que se podrá entregar en materia de obras antes de diciembre 31, qué contratos y licitaciones se podrán perfeccionar y firmar, los procesos contractuales y de diseños que quedarán en marcha y cuáles acciones ya definitivamente le corresponderán al sucesor en el Palacio Liévano. Se afirma que los meses de noviembre y diciembre serán a todo ritmo y que el alcalde Peñalosa no descansará un solo día para poder dejar ejecutado o adelantado todo lo que sea posible.

A ninguno…

Y hablando de los alcaldes que están por terminar su periodos el próximo 31 de diciembre, un periodista de este Diario le preguntó a un alto dirigente del Centro Democrático a quién le gustaría ver en el gabinete del presidente Duque en la segunda mitad de su mandato: Enrique Peñalosa, Alejandro Char o Federico Gutiérrez. “… No me gustaría ninguno pese a que las ejecutorias de todos ellos podrían sumarle en perfil ejecutivo al Gobierno… Pero los tres tienen aspiraciones presidenciales, o por lo menos vicepresidenciales, y ya tenemos hoy en altos cargos a dos o tres nombres que están listos para lanzarse para el 2022… No hay que meter más gallos de pelea a un corral que está lleno, porque la competencia desdibujaría toda la gestión de Duque y prendería la campaña presidencial con mucha e inconveniente antelación”, precisó la fuente consultada.