Lupa a las relaciones con Cuba
Al cierre de la semana pasada, la bancada del Centro Democrático le pidió al presidente Iván Duque “una revisión cuidadosa, y decisiones de fondo, respecto a las relaciones con el régimen cubano liderado hoy por Miguel Díaz-Canel”, como lo divulgaron en sus redes sociales los congresistas de la colectividad, entre ellos el senador Carlos Felipe Mejía. En la comunicación, los parlamentarios uribistas consideraron que “en las relaciones diplomáticas de nuestra nación, hoy Cuba significa un obstáculo real para poder alcanzar esa paz con justicia que anhelamos todos los colombianos”, recordando que la reintegración de Cuba a la lista de países que patrocinan el terrorismo, hecha por Departamento de Estado de Estados Unidos “se da justo a pocos días de cumplir dos años del fatídico atentado terrorista contra la Escuela de Policía General Santander cometido por el Eln”, varios de cuyos jefes se encuentran en la isla, por lo que el Gobierno “ha solicitado en reiteradas ocasiones al régimen cubano” su captura y extradición.
¿Retomar diálogo con Eln?
Esa carta contrasta con otra firmada por congresistas opositores que le señalaron a Duque que “en las últimas cuatro décadas la República de Cuba ha contribuido en forma significativa a los procesos de paz de Colombia, ha gestado acciones humanitarias de todo tipo, cumplido tareas de facilitación y servido como garante en procesos de diálogo, concreción de acuerdos e implementación de los mismos. Ha prestado generosamente su territorio para que sea sede de mesas de diálogos que se han prolongado por años. Su participación ha sido definitiva para lograr la paz entre el Estado y el M-19, así como con las Farc-EP. También para avanzar en diversas etapas en el proceso de paz con el Eln”. Dado que uno de los argumentos de Washington para listar a Cuba con los patrocinadores del terrorismo es la no extradición de los jefes del Eln, los parlamentarios exhortaron a Duque “a retomar el proceso de diálogo con el Eln, el cual avanzó en pactare algunos acuerdos de carácter humanitario”.
“Un acto de ingratitud”
Para no desentonar con todo lo anterior, los exnegociadores del Gobierno en las conversaciones con las Farc, el ex vicepresidente Humberto de la Calle y el exasesor presidencial Sergio Jaramillo, publicaron un comunicado en el que calificaron como “un despropósito y un acto de ingratitud estatal sin par con la República de Cuba que, en el marco de negociaciones similares con el Eln, el gobierno de Iván Duque haya exigido la entrega a las autoridades colombianas de los miembros de esa delegación, en contra de los protocolos firmados por el Gobierno de Colombia y los garantes internacionales, que exigen regresar a los negociadores del Eln a sus lugares de origen en caso de rompimiento de las conversaciones. El hecho de que el Eln hubiera cometido un acto de terrorismo atroz en la Escuela de Cadetes de la Policía Nacional en Bogotá -que condenamos con la mayor vehemencia- y de que el Gobierno, como es su derecho, hubiera abandonado la negociación, no cambia los términos de lo acordado formalmente por Colombia en el marco del proceso de paz”.