Off the record | El Nuevo Siglo
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Viernes, 30 de Diciembre de 2016
Redacción Política

Uno de los proyectos  de ley que serán presentados a partir de marzo, cuando se reanuden las sesiones ordinarias del Congreso, tendría que ver con una reforma al Código Penitenciario, específicamente para fijar un protocolo más claro y puntual sobre las circunstancias en que a un recluso se le puede otorgar casa por cárcel o remisión permanente a una entidad hospitalaria. Según le dijo un senador a un periodista de EL NUEVO SIGLO “… ahora que está de moda la palabra guachafita (a raíz de las denuncias del gobernador de Antioquia sobre las anomalías de los guerrilleros en las zonas de preagrupamiento en ese región), es necesario acabar con esa costumbre creciente los reclusos, sobre todo los de cuello blanco, que tan pronto entran a la cárcel resultan enfermos de todo lo que se puedan imaginar, pero que antes de ser capturados no evidenciaban ningún problema físico grave…Hay que unificar los criterios de los jueces y de Medicina Legal al respecto y, si es del caso, crear, como existe en otros países, una especie de hospital cárcel, para que quienes violan la ley no crean que van a utilizar su salud como excusa para esquivar su castigo”.

La culpa fue de los otros: uribistas

En su corte de cuentas sobre cómo les fue en 2016 al uribismo, uno de sus parlamentarios les dijo a varios periodistas esta semana que uno de los grandes avances de la bancada fue que lograron impulsar varios proyectos de ley de su autoría y ponencia, contrario a lo que pasó en la primera legislatura y una parte de la segunda, cuando las mayorías de la Unidad Nacional bloqueaban toda iniciativa que tenía que ver con alguien del Centro Democrático. Sin embargo el congresista -cuyo nombre se omite por la informalidad de la conversación con los reporteros-, dijo que en lo que tiene que ver con paz y justicia no le admitieron una coma a los senadores y representantes del principal partido de oposición y, por lo tanto “… esos engendros de reformas y leyes son total responsabilidad del Gobierno y sus mayorías, y es bueno que el país así lo entienda cuando la gente comience a ver en el día a día la impunidad para las Farc”.

Siguen las hipótesis en el Polo

En las toldas del Polo hay quienes sostienen que la hoy ministra de Trabajo, Clara López, debería renunciar antes de marzo  con el fin de analizar, más que una segunda candidatura presidencial, la posibilidad de encabezar una lista de ese partido al Senado en el 2018. Según algunos dirigentes de las toldas amarillas, si Robledo insiste en postularse como candidato presidencial es necesario que la colectividad tenga un nombre de mucho peso político para liderar la plancha al Senado y qué mejor perfil que el de López, cuyo arrastre electoral ya fue probado en la primera vuelta presidencial de 2014 y la campaña por la Alcaldía de Bogotá de 2015.  Como se recuerda en la primera López sumó más de 2 millones de votos  y en la segunda registró 500 mil. Sin embargo, no se sabe qué hará la hoy titular de la cartera laboral, que en las últimas semanas ha estado concentrada en las negociaciones sobre el aumento salarial para 2017, que ayer tenía su última y definitiva reunión.

No cree en alianzas uribistas

El Gobierno nacional está seguro de que los intentos del uribismo por generar alianzas con algunos congresistas conservadores y de Cambio Radical no van a progresar, y que las ‘rebeliones’ de algunos de estos últimos durante el trámite de la Ley de Amnistía para las Farc fueron casos muy puntuales y aislados, que incluso en algunas circunstancias se debieron más a roces personales con congresistas  de La U, especialmente con el senador Roy Barreras. Sin embargo, tanto en las cuentas del ministro el Interior, Juan Fernando Cristo, como en las del titular de Justicia, Jorge Eduardo Londoño, hubo momentos en que sí parecieron hacer falta los votos, especialmente en la plenaria del Senado, sobre todo porque se trataba de una ley de carácter estatutario que requería una mayoría calificada para su aprobación.