Orden, eficiencia y reglas de juego claras. Esa es la clave de la productividad del sector minero en el país. Aunque esta premisa parezca una verdad de Perogrullo, lo cierto es que en la primera década de este siglo quedó en evidencia que la falta de una legislación clara, coherente y moderna, que equilibrara la necesaria rentabilidad de la explotación y producción de los minerales, el cuidado del medio ambiente y un marco normativo funcional y transparente, falencia que al final restó potencialidad a un sector clave para la economía.
Con el cambio de gobierno vino la creación de la Agencia Nacional de Minería, lo que ha permitido una depuración de los miles de títulos adjudicados o en proceso de serlo, así como la formulación de un marco jurídico moderno y dinámico para el sector. Continuar con esta senda de trabajo debe ser la función de la nueva presidenta de la Agencia, Silvana Habib Daza, quien al posesionarse se fijó cuatro objetivos para el corto plazo: mejorar los tiempos de respuesta en los trámites, optimizar el esquema de fiscalización, actualizar el Catastro Minero y ahondar la formalización de la actividad.
La nueva funcionaria viene de trabajar en temas tan importantes como la creación del sistema de gestión especial de los Proyectos de Interés Nacional y Estratégicos (Pines), que son las obras más importantes del país, entre las que se encuentran varias del sector minero.