Rusos y ucranianos reanudaron en Bruselas negociaciones para intentar resolver el diferendo sobre el suministro de gas ruso que amenaza con perturbar el aprovisionamiento a la Unión Europea (UE), cuyo resultado aún es incierto.
Las negociaciones se llevan a cabo el día siguiente de las declaraciones de Moscú a favor de las elecciones de las regiones separatistas del este de Ucrania y el día en que Kiev denunció los ataques contra sus soldados.
"El final está abierto", dijo el comisario europeo Gunther Oettinger a la prensa.
"Espero que sea nuestra última reunión", agregó luego de una reunión con el ministro de Energía ucraniano, Yuri Prodan, y el jefe de la compañía nacional ucraniana de gas, Naftogaz, Andrei Kobolev, y antes de reunirse con el ministro de Energía ruso, Alexander Novak, y el presidente de Gazprom, Alexey Miller.
"Nuestro objetivo es lograr un acuerdo provisorio para un paquete de invierno que garantice la seguridad del tránsito por Ucrania del gas ruso que compra la UE, hasta fines de marzo de 2015", añadió.
Gazprom suspendió el envío de gas a Ucrania en junio porque Kiev le adeudaba, según la compañía, 5.300 millones de dólares, y decidió entonces pasar a un sistema de prepago con una nueva tarifa.
Aunque Kiev y Moscú han llegado a un entendimiento sobre una tarifa provisional, el pago de la deuda ucraniana por el momento sigue en suspenso.
Para relanzar las entregas, Rusia reclama 1.450 millones de dólares en concepto de pagos atrasados y 1.600 millones de dólares anticipados por las provisiones de noviembre y diciembre.
La Comisión Europea examina por su parte la petición de Kiev de un préstamo adicional de 2.000 millones de euros, mientras que Rusia espera ciertas garantías financieras antes de retomar las exportaciones.
"Ucrania tiene graves problemas de pago, es casi insolvente", dijo Oettinger por la mañana a la televisión alemana ZDF.
- Moscú "viola sus compromisos" -
"Mientras no se firme un acuerdo, habrá riesgo de perturbaciones en el suministro a los clientes de la Unión Europea. La cuestión para Moscú es quién va a pagar lo que Ucrania debe y lo que está por venir", escribió Chris Wafer del grupo Macro-Advisory.
Más allá de los problemas de abastecimiento que pueda sufrir Europa (un 15 % del gas ruso llega desde Ucrania), el conflicto podría agravar aún más la profunda crisis económica y financiera de Kiev.
La cita en Bruselas se produce en un contexto político tenso tras el apoyo explícito del ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, a las elecciones organizadas por los rebeldes ucranianos el próximo 2 de noviembre, después de que los insurgentes boicotearan los comicios legislativos del pasado domingo.
Para el jefe de la diplomacia rusa se trata de "legitimar a las autoridades rebeldes" en el marco de los acuerdos de Minsk concluidos entre Kiev y los rebeldes con participación rusa en septiembre, cuyos efectos de apaciguamiento no se han sentido todo lo deseado sobre el terreno.
Moscú, que según Kiev y los occidentales, apoya militarmente la insurrección armada separatista, no había reconocido formalmente en mayo el referéndum de independencia organizado por las regiones pro-rrusas, a diferencia de Crimea, con la que sí permitió su anexión.
Washington condenó las declaraciones de Lavrov argumentando que constituyen una "violación clara" de los compromisos de Rusia y de los separatistas con respecto a lo acordado en Minsk, mientras que la Unión Europea ha decidido mantener las sanciones económicas a Rusia.
Mientras, en el bastión separatista de Donetsk, prosiguen las tensiones. Los disparos de artillería, principalmente cerca del aeropuerto, continuaron la pasada noche, destruyendo una casa y matando a una persona, según fuentes del ayuntamiento.
Rusia indicó que el primer buque portahelicópteros de clase Mistral encargado a Francia, sería entregado el 14 de noviembre.
La venta estaba oficialmente en suspenso y el ministro de Defensa francés, Jean-Yves Le Drian, indicó el martes que Francia se pronunciará definitivamente sobre la controvertida entrega durante el mes de noviembre./AFP