La libertad de prensa es un derecho irrenunciable en los regímenes democráticos. De allí la honda preocupación que genera la denuncia realizada por la directora de la FM radio, Vicky Dávila, en torno a que ella, su familia e incluso su equipo periodístico estarían siendo objeto de posibles seguimientos e interceptaciones ilegales a sus comunicaciones privadas.

Más grave aún es que la propia Fiscalía admite que inició esta investigación “con la hipótesis de que las amenazas, interceptaciones y seguimientos ilegales pueden guardar relación con una serie de notas y denuncias periodísticas que involucran presuntas irregularidades dentro de la Policía Nacional”.

Debe, por tanto, llegarse hasta las últimas consecuencias en estas pesquisas y en caso de detectarse que hay elementos de la institución armada involucrados en este atentado aleve contra la libertad de prensa, que sean objeto de la condena judicial más drástica posible. La propia Policía está llamada a esclarecer lo que está sucediendo a su interior.

Desde esta Casa Editorial enviamos un mensaje de solidaridad a Dávila, su familia y equipo periodístico, al tiempo que hacemos un llamado a las autoridades para que se adopten las medidas de protección necesarias para salvaguardar su integridad de cualquier peligro.