Más de 40 años después de la Revolución de los Claveles, Portugal tendrá por primera vez un gobierno socialista apoyado por comunistas y la izquierda radical, unidos para terminar con las políticas de austeridad.
El líder del Partido Socialista portugués, Antonio Costa, fue nombrado el martes primer ministro por el presidente portugués Aníbal Cavaco Silva, que le encargó formar gobierno.
El conservador Cavaco Silva tuvo que resignarse a entregarle el poder a Costa, exalcalde de Lisboa, de 54 años, para sacar a Portugal del callejón sin salida político en que se encontraba desde hacía dos meses.
Costa cuenta con el apoyo del Partido Comunista y el Bloque de Izquierda radical, que se pusieron de acuerdo para terminar con la política de austeridad aplicada por la derecha desde 2011.
Hace dos semanas, estos tres partidos causaron la caída del gobierno minoritario de Pedro Passos Coelho, que había ganado las elecciones legislativas del 4 de octubre sin obtener mayoría absoluta.
"El presidente de la República decidió, después de escuchar a los partidos representados en el parlamento, designar a Antonio Costa en el cargo de primer ministro", indicó la presidencia en un comunicado difundido al término de un encuentro entre ambos dirigentes.
Mantener en funciones al gobierno de Passos Coelho, limitado a administrar los asuntos corrientes, "no hubiera servido al interés nacional", declaró el jefe de Estado, de 76 años, cuyo mandato llega a término.
El presidente, que no ocultó sus críticas a la alianza "incoherente" entre el Partido Socialista (PS), pro Unión Europea, y sus socios euroescépticos, había exigido el lunes garantías suplementarias sobre la "estabilidad" del futuro gobierno.
El presidente le pidió a Costa aclaraciones sobre el respeto de los compromisos presupuestarios de Portugal, que en mayo de 2014 puso fin a un programa de ayuda externa de 78.000 millones de euros.
El secretario general del PS le respondió inmediatamente por escrito que estaba en condiciones de formar un "gobierno estable, que respete los compromisos internacionales del país y le permita aprobar la más rápidamente posible un presupuesto para 2016".
- Ruptura con la derecha -
Además, del Bloque de Izquierda y los Verdes, los socialistas tendrán que entenderse con los comunistas, pese a las divergencias históricas entre ambas formaciones desde la Revolución del 25 de abril de 1974 que puso fin a décadas de dictadura.
La formación de este nuevo gobierno marca la ruptura de los socialistas con el centroderechista Partido Socialdemócrata de Passos Coelho, tras 40 años de alternar en el poder y de entendimiento tácito entre ambos partidos en los grandes temas de política económica e internacional.
"El PS se negó a apoyar al gobierno que ganó las elecciones. Que no cuente con nosotros para apoyarlo en el futuro", advirtió Passos Coelho.
Costa prevé tomar una serie de medidas para mejorar el poder adquisitivo de los portugueses, como aumentar el salario mínimo, descongelar las jubilaciones o suprimir los recortes realizados a los ingresos de los funcionarios en 2016, entre otras cosas.
No obstante, pese a la hostilidad del Partido Comunista y del Bloque a la política de austeridad europea, los dirigentes de la Unión Europea se niegan a comparar a Portugal con Grecia.