Casi toda la población mundial se vio afectada en 2023 por 26 días de calor extremo que probablemente no habrían ocurrido sin el cambio climático.
Así lo confirma un informe publicado este martes por el Centro Climático de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, World Weather Attribution y Climate Central, que analiza el papel que desempeñó el cambio climático en el aumento del número de días de calor extremo en todo el mundo durante los últimos doce meses.
Ante la celebración el 2 de junio del Día de Acción contra el Calor, organizado por el Centro Climático de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, el informe llama la atención sobre la amenaza del calor extremo y lo que se puede hacer para mitigarlo.
Ola de calor extrema en curso en Asia
Este año se necesita más atención que cualquier otro. Hay una ola de calor extrema en curso en Asia: en Bangladesh, Myanmar, Nepal, Malasia y Filipinas.
Sólo en Bangladesh, el calor extremo ha afectado a 57 de 64 distritos, lo que representa más de 120 millones de personas; en Myanmar se registró una temperatura extrema de 48,2°C el 28 de abril, la más alta jamás registrada en el país; En Nepal, la ciudad de Nepalgunj sufre semanas de temperaturas superiores a los 40°C.
Este año también ha habido olas de calor duraderas en amplias zonas de África. Se sabe que el calor extremo ha matado a decenas de miles de personas en los últimos 12 meses, pero la cifra real probablemente sea de cientos de miles o incluso millones.
A diferencia de los desastres climáticos repentinos, las olas de calor matan de manera más lenta y menos obvia; a menudo son exacerbadoras de condiciones médicas preexistentes.
Las olas de calor afectan más a los vulnerables: los jóvenes, los ancianos, los pobres y los que se ven obligados a trabajar al aire libres.
Según el informe, las ciudades son los lugares donde el calor extremo es más peligroso, por lo que es allí donde se deben centrar los esfuerzos. Los planes y la adaptación dirigidos localmente, los sistemas de alerta temprana, las campañas de información y los esfuerzos centrados en los más vulnerables son lo que salva vidas.
El director del Centro Climático, Aditya Bahadur, dijo en un comunicado: "Este informe proporciona evidencia científica abrumadora de que el calor extremo es una manifestación mortal de la crisis climática.
"Esto causa estragos en la salud humana, la infraestructura crítica, la economía, la agricultura y el medio ambiente, erosionando así los avances en el desarrollo humano y disminuyendo el bienestar, especialmente para las comunidades pobres y marginadas del Sur Global".