EL financiamiento para atender los desafíos urgentes de preservación de la naturaleza es insuficiente y debe duplicarse para 2025 y triplicarse para 2030, planteó un nuevo informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma).
Los flujos financieros para soluciones basadas en la naturaleza suman actualmente solo 154.000 millones de dólares al año, menos de la mitad de la inversión anual de 384.000 millones necesaria para 2025 y apenas un tercio de la inversión necesaria para 2030, de 484.000 millones por año.
Al presentar el informe, la directora ejecutiva del Pnuma, Inger Andersen, dijo que “la ciencia es innegable. A medida que hacemos la transición a cero emisiones netas para 2050, también debemos reorientar toda la actividad humana para aliviar la presión sobre el mundo natural del que todos dependemos”.
La meta de cero emisiones netas de gases de efecto invernadero, que calientan la atmósfera, es piedra angular en la aspiración mundial de que la temperatura media del planeta, hacia 2050, no exceda de 1,5 grados centígrados sobre los promedios de la era preindustrial (1850-1900).
El informe “El estado de financiación para la naturaleza” del Pnuma, se conoció antes de iniciar en Montreal, Canadá, la 15 Conferencia de las Partes (COP15) sobre Biodiversidad de las Naciones Unidas, que debe adoptar un nuevo acuerdo para detener y revertir la pérdida de la naturaleza para 2030.
“Esto exige que las inversiones de los gobiernos, las empresas y las finanzas aumenten masivamente en soluciones basadas en la naturaleza. Son inversiones para asegurar el futuro de las próximas generaciones”, dijo Andersen.
Para abordar el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la degradación de la tierra con acciones inmediatas, las inversiones globales actuales deben aumentar en 230.000 millones por año hasta 2025.
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Actualmente, los gobiernos proporcionan 83 % de los flujos de financiación para soluciones basadas en la naturaleza. Pero debido a los desafíos fiscales relacionados con el conflicto, la deuda y la pobreza, es poco probable que estos flujos aumenten significativamente, según el informe.
Sostiene que el sector privado debe incrementar significativamente su inversión desde los niveles actuales de 26.000 millones de dólares por año (17 % del total), en cadenas de suministro sostenibles y reducir las actividades con consecuencias negativas para el clima y la biodiversidad.
También debe compensar los impactos inevitables a través de mercados financieros de naturaleza, pagar por los servicios ecosistémicos que utiliza (como el agua limpia, por ejemplo), e invertir en actividades positivas para la naturaleza.
El análisis revela que limitar el calentamiento global a 1,5 grados centígrados es factible, siempre que las medidas sean inmediatas y sujetas a inversiones acumuladas adicionales de 11 billones (millones de millones) de dólares entre 2022 y 2050.
Esa inversión adicional se centraría en la agricultura sostenible y la restauración de turberas. La eliminación gradual del carbón y la descarbonización de los sistemas energéticos no serán suficientes sin inversiones masivas en soluciones naturales.
El nuevo informe del Pnuma se amplió a los ecosistemas marinos, indicando que solo nueve por ciento de las inversiones totales en soluciones basadas en la naturaleza se dirigen a soluciones basadas en los océanos.
De manera desproporcionada, el océano constituye más de 70 % de la superficie terrestre y absorbe alrededor de 25 % de todas las emisiones de dióxido de carbono, lo que lo convierte en uno de los mayores sumideros de carbono del mundo, al tiempo que proporciona 17 % de las proteínas del planeta.
Si bien proteger 30 % de la tierra y los océanos para 2030 es un objetivo importante, para el cual la brecha de financiamiento se estima entre 17.000 y 22.000 millones de dólares por año para 2030, se necesitan más fondos disponibles para la restauración de la vegetación natural y la forestación.