Gente. El ‘espía’ que descubrió al mielero de los dos sexos | El Nuevo Siglo
EL MIELERO verde de dos sexos fue descubierto en 2019 por John Murillo, pero solo ahora se conoce de su existencia. / Fotos John Murillo
Viernes, 12 de Enero de 2024
Redacción Medio Ambiente

El canto de las aves que visitan a diario la Reserva Demostrativa Don Miguel, en Villamaría, Caldas, ambienta el relato de John Murillo de cómo descubrió el mielero verde de características únicas, porque es mitad hembra y mitad macho.

Lo avistó por primera vez en abril de 2019 y desde entonces lo ha estado ‘espiando’ para estar seguro de que es un individuo único y que con el paso de los días los colores azul y verde que lo identifican no cambiarían.

Lo único que lamenta este egresado de la facultad de Turismo Sostenible de la Universidad Tecnológica de Pereira es que ese pájaro que lo maravilló y esté dando la vuelta al mundo por ser especial, esté condenado a “ser solo y morir solo”.

Para John, el haber descubierto este “individuo” es el punto máximo en su carrera como avistador de aves, que se inició cuando era estudiante.

 

 

“En las salidas de campo que teníamos fue donde empecé y me apegué a la observación de aves o aviturismo, ya que la carrera se basaba en dos partes, una era gastronomía y la otra de turismo. En esas salidas hicimos una al Planes de San Rafael en el municipio de Santuario, Risaralda, y allí fue donde me quedó encantando este tema”, recuerda.

Añade que “aproximadamente llevo 11 o 12 años, pero no como aviturista, sino como observador de aves”.

Dice que la mayor alegría “es poder maravillarme, porque uno no deja de sorprenderse con lo que ve, así las vea todos los días (las aves), pero la mayor alegría que uno tiene es poderlas observar y tener la facilidad de tenerlas al lado, ver sus atributos, su hermosura, esos plumajes, ese comportamiento con los cortejos y obviamente me atrae salir al campo y poder conocer más territorios”, asevera.

Pero al igual que ha tenido alegrías, también ha tenido decepciones. “También soy conservacionista y hay unas desilusiones muy grandes, porque cuando salía en los primeros años siempre veía mucha vegetación, pero el paisaje se ha venido transformando, los cultivos invasores como el aguacate hass o los tradicionales como el café han venido ocupando terrenos que eran boscosos y había abundancia de alimentos para tantas aves, sobre todo en zona fría”, indica.

“Uno en la vida siempre quiere observar una especie de ave muy especial, pero no escoge las aves que quiere ver, aunque sí se pone metas como la de que cada vez que va a un sitio observar un ave que no haya visto. Verlas a todas estando a 3.600 o 3.800 metros de altura o casi los 4.000, que es el Parque Nevado del Ruiz, es un gusto y una alegría inmensa. Tener esa oportunidad de poder conocer un poquito de sus costumbres y su colorido, es algo muy especial”, afirma.

El hallazgo

Ya en concreto el tema de esta ave específica, cuyo nombre científico es Chlorophanes spiza, “no era que lo estuviera buscando, simplemente fue coincidencia que haya llegado, porque en la reserva en que vivo, Don Miguel, hice un sitio especial para la toma de fotografías, que es uno de los nichos de mercado fuertes porque la gente adulta y aun los jóvenes ya no quieren andar, por el tema del calentamiento y les gusta es estar ubicados en un sitio al que les lleguen las aves”, cuenta John.

“Por eso adecué un lugar en el que tengo un comedero para aves y llegan muchas especies y entre ellas llegó este mielero verde. En principio para mí fue una sorpresa, porque es muy inusual observar un individuo con estas características”, relata.

ENSAgrega que “entonces empecé el trabajo de monitoreo. La primera vez que lo observé fue a finales de abril de 2019 en ese comedero. Estuve mucho tiempo ubicado en este sitio para identificar las aves que llegaban y a hoy han llegado 47 familias diferentes, pero en especial este individuo con ese color de plumaje y que presentaba esa característica física y visual. Siempre me llamó la atención y empecé a hacer un trabajo de seguimiento, mañana y tarde, Afortunadamente entraba constantemente y de ese día a la fecha le he hecho un seguimiento para varias cosas, primero para conocer el comportamiento: se alimenta solo de fruta; y para ver el aspecto físico cómo cambia, porque normalmente uno cree que puede haber más individuos de esta misma especie y del mismo color del plumaje”.

“El seguimiento que le hice fue constante, con videos y fotografías para observar en el computador para poder decir si eran varios, pero con el tiempo me di cuenta de que era el mismo individuo. Yo pertenezco a la Sociedad Caldense de Ornitología y es allí en donde con los biólogos empiezo a hacer una investigación. Ellos me dan unos unas bases de cómo llevar la investigación y para ellos también es importante. Nos dimos cuenta  de que era un individuo de mielero verde con un coloramiento muy particular que se llama ginandromorfismo bilateral”, explica John.

Dice que “observé si tenía forma de aparearse y pues yo soy muy afortunado porque lo descubrí, pero el individuo es muy desafortunado porque por el color y por el comportamiento los otros pájaros de su misma especie no se le acercan o sea que queda así y muere así, solito”.

Importancia

“Según la historia, solo se han visto dos ejemplares en 100 años, uno de ellos un cardenal que se vio en los Estados Unidos, y este”, asegura.

Manifiesta que “sus características son espectaculares, ya que de su lado izquierdo es de color azul, que es el del macho, y del derecho el verde, de hembra. Inicialmente uno se confundía porque los individuos juveniles no se han definido en sus colores y a la vista se ven de muchos colores y pensé que iba a pasar lo mismo, pero no. En ese individuo ya estaba bien marcada su línea central y me daba para distinguirlo como diferente a los demás”.

Afirma John que “nunca se observa un individuo de estos en los senderos. Fui afortunado porque entró al comedero, pero nunca había visto en mi vida un pájaro así y por eso según la historia solo se han visto el cardenal de Estados Unidos y este”.

Recuerda que “el martes en la madrugada entró, pero un momentico no más”.

La reserva está ubicada en Villamaría, en jurisdicción de la Corporación Autónoma Regional de Caldas (Corpocaldas), “pero es más fácil entrar a la reserva por Chinchiná”.

Relata que “esto salió porque hace ocho meses vino un compañero panameño con unas personas de Nueva Zelanda y entre ellos un biólogo, Hamish Spencer, a quien le hablé del individuo, se quedó, tuvo la oportunidad de fotografiarlo, le encantó y al llegar a su país, 20 días después pidió más información y ahí fue donde hizo la publicación en una revista muy importante, Journal of Field Ornithology, y ese fue el boom. La gente se maravilla cuando lo ve”.

“Mexicanos, norteamericanos, argentinos, mucha gente lo tuvo al frente, pero no sabían qué era. Les encantaba por el colorido. También vinieron unos coreanos e hicieron un reportaje muy completo para Whatsapp nada más”, indica.