EN UN LUGAR remoto, allá en La Guajira Arriba, está ubicado uno de los 44 corregimientos que componen el departamento: Puerto López, el mismo que Rafael Escalona dio a conocer en su canción “el almirante Padilla” y que alberga la bahía Tukakas, cuyas riquezas apenas están siendo exploradas por la bióloga marina Cristina Cedeño Posso y un grupo de científicos de Corpoguajira, Invemar y pobladores locales.
Desde la década de 1970 la región ha sido punto de llegada de movimientos poblacionales e inmigraciones de países de Medio Oriente, hecho que ha ocasionado un crecimiento poblacional acelerado que a su vez genera una riqueza demográfica mayor, al integrarse con el grupo indígena más grande del país, la etnia wayuu, pero que no ha alcanzado a este ‘paraíso’, que bien podría convertirse en un atractivo turístico.
En su territorio se encuentran tres parques naturales y una gran variedad de actividades económicas y productivas, que hacen de estas tierras un lugar único. Su relación tanto geográfica como cultural con el mar, hacen de este una de sus mayores riquezas, a la vez que uno de sus elementos más estratégicos en el actual escenario económico, político y social.
En general se conocen las riquezas de flora y fauna del departamento, pero la bahía Tukakas guarda muchos tesoros que en una solo expedición no alcanzan a ser descubiertos.
Los flamencos rosados y el cardenal guajiro son dos de sus insignias. Pero, ¿qué hay en ese lugar remoto?
La iniciativa, denominada Lamuuna Neimalu’u, se suma a las que ya están en marcha en Montes de María (Sucre y Bolívar) y (Amazonas). Forma parte del programa Colombia Bio, de Minciencias.
El objetivo es explorar la diversidad marina de la bahía Tukakas mediante la caracterización de los grupos taxonómicos del ecosistema. Tukakas, en la Alta Guajira, es una región de alto potencial de descubrimiento. Allí se distribuyen ecosistemas marino-costeros estratégicos, como praderas de pastos, manglares, parches coralinos, playas arenosas y fondos sedimentarios.
Estos son de gran importancia para la conectividad de los ecosistemas en el Caribe y para el refugio y reproducción de especies en peligro, como las tortugas marinas y las aves migratorias.
La expedición espera consolidar un inventario taxonómico de los principales grupos asociados a los ecosistemas estratégicos, con base en ADN ambiental y morfología; patrones de diversidad de los principales grupos taxonómicos, registros biológicos y resultados que aportarán al conocimiento de la biodiversidad de la bahía para así incidir en la ciencia ciudadana.
La iniciativa contó con la participación de las comunidades indígenas del corregimiento de Puerto López: Icheput, Shopoiki, Jichipaa y Warruttamana, Warpana, además de la comunidad pesquera (autoridades tradicionales Wayuu).
Bahía Tukakas, en el extremo norte de La Guajira, en límites con Venezuela, es prácticamente desconocida para los colombianos y ha sido poco estudiada.
Laguna es un cuerpo de agua superficial costera, en todo o en parte separada de un cuerpo de agua más grande por un cordón litoral, los arrecifes de coral o la característica de depósito otros.
El clima es seco. La temperatura promedio es de 29 °C. El mes más cálido es septiembre, con 32 °C y el más frío, enero, con 28 °C.
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Hallazgos
La bióloga marina Cristina Cedeño Posso, lleva 10 años vinculada a Invemar y formó parte del grupo de expedicionarios que por once días se adentró en las aguas de la bahía.
Entre otras actividades relacionadas con la naturaleza ha trabajado en proyectos de investigación de levantamiento de línea base ambiental, en ambientes profundos y ultraprofundos del Caribe y Pacífico colombiano, así como caracterización de comunidades biológicas en áreas marinas protegidas y para su futura declaración.
Señala que: “la importancia que tiene la Expedición Bio Lamuuna Neimalu, radica en que es la primera que se realiza en el Caribe colombiano, en un área remota del país donde el conocimiento en biodiversidad es escaso”.
“La Laguna está sufriendo un proceso de sedimentación desde hace varios años, por lo que poco a poco ha ido perdiendo profundidad, llegando a alcanzar en algunos sitios 30 centímetros de columna de agua”.
En cuanto a las especies que se encuentran en la bahía Tukakas, manifiesta que “grupos como esponjas, moluscos, equinodermos, crustáceos, ascidias, medusas, corales, peces, algas, pastos marinos, y mangle”.
Sobre la importancia que tiene la zona para las tortugas marinas, dice la bióloga que: “es un sitio con características apropiadas para ser usado, probablemente como zona de alimentación y zona de anidación”.
Explica, además que: “la información que tiene que ver con las aves migratorias llegan y las conoceremos una vez que se analicen los resultados de las observaciones realizadas durante la expedición”, proceso en el que, actualmente están trabajando.
“Representantes de las cinco comunidades indígenas tradicionales del corregimiento (Warpana, Icheput, Shopoiki, Warruttamana y Jichipaa), participaron activamente durante la expedición”, comenta.
Indica que: “los pobladores son conscientes que deben cuidar la biodiversidad de la bahía porque su seguridad alimentaria (recursos pesqueros) provienen de la laguna”.
Reconoce que 11 días no son suficientes para hacer el inventario sobre la biodiversidad marina de la bahía. Hay que tener en cuenta que, en otra época del año, podríamos encontrar a otras especies por ejemplo las migratorias. No obstante, esta expedición nos va dar una buena aproximación al conocimiento de su biodiversidad en varios grupos biológicos como esponjas, moluscos, equinodermos, crustáceos, corales y peces”.
Frente al aporte que hicieron los nativos afirma que: “la participación de la comunidad fue muy importante porque nos acompañaron a los sitios donde podríamos encontrar los valores de biodiversidad del área con la presencia de algunas especies importantes y, además, nos ayudaron con su recolección, por ejemplo, a través de sus artes de pesca, se recolectaron a los peces que hacen parte del inventario y que serán sujeto del análisis de recurso pesquero”.
“El paso a seguir es procesar las muestras que se colectaron, para su respectiva separación, identificación, análisis e ingreso a la colección del Museo de Historia Natural Marina de Colombia-Makuriwa”.
Señala que en desarrollo del trabajo “no hemos tenido decepciones, únicamente aprendizajes”.
“Por parte de Invemar no se desarrollan otros proyectos en Puerto López en favor del medio ambiente, pero otras entidades como Corpoguajira y la Fundación Omacha, hacen presencia en el área”.